Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista
Sidonie

«A Calvià vendrá gente a disfrutar de la música, sin importar quién esté encima del escenario»

«Llevamos tiempo imaginándonos cómo será este reencuentro con el público y nos da hasta cosa», admite Marc Ros, vocalista del grupo

Marc Ros (guitarra y voz), Axel Pi (batería) y Jesús Senra Jes (bajo) presentan ‘El Regreso de Abba’. | SIDONIE

El trío catalán presenta este viernes en el Mallorca Live su último y «más ambicioso» trabajo ante 5.000 personas en el primer concierto-piloto de la isla tras la pandemia

5.000 personas con mascarilla, pero sin distancia social… ¿Quién iba a decirles hace solo unos meses que esto iba a ser un regalo?

Llevamos tiempo imaginándonos cómo será y nos da hasta cosa. Estamos ya tan acostumbrados a que la gente esté separada y sin poder moverse que para nosotros parece que va a ser todo nuevo. Ahora de repente vamos a estar en Mallorca, con la gente de pie, sin distancia, y nos preguntamos si va a afectar a nuestra música o nuestra forma de comportarnos.

Se trata de la primera prueba piloto en Balears. ¿Les parece más un examen que un concierto?

Qué va. Nosotros no hemos parado de tocar en todo este tiempo, empezamos haciendo bolos en formato pequeño y poco a poco nos han ido dando más libertad. Es verdad que en cada concierto hemos tenido que aprender un montón de cosas, pero deja de ser un examen cuando empiezan a sonar los acordes de la primera canción.

Perdón por la indiscreción, sé que la edad no se pregunta, pero ¿les han vacunado?

Si no fuéramos tres tíos que estamos tan buenos y somos tan sexys, quizás no lo diría, pero a nosotros la edad no nos cuesta decirla. Tenemos 47 ó 48 años, así que estamos, por el momento, medio vacunados. Nos citaron a los tres la misma tarde y dentro de un par de semanas nos toca la segunda dosis. Tenemos algún conocido que es negacionista y supongo que tendrá alguna información que nosotros no manejamos, pero nosotros, el día que nos vacunaron, lo celebramos.

Hay dos formas de acceder al concierto, por prueba de antígenos o PCR o por cartilla de vacunación, teniendo en cuenta la edad de su público… ¿por qué vía acudirán más?

Pues la verdad que estos últimos meses, cuando salíamos de la sala o el teatro donde tocábamos, nos dimos cuenta de que muchos de los asistentes no eran tan siquiera seguidores de Sidonie. Nos hemos encontrado a gente de todas las edades, con looks muy diferentes al supuestamente asociado al indie. Recuerdo que en Palencia se nos acercó un chico y nos dijo que nunca le habíamos gustado, pero que le habíamos hecho muy feliz. Creo que habrá gente que venga a disfrutar de la música, sin importar quién esté encima del escenario.

No es difícil que cualquier fan que les siga desde hace tiempo les haya visto desnudos sobre el escenario. ¿Ha sido complicado desatarse en los últimos meses?

Desnudos integrales, como tal, hemos hecho dos y uno precisamente fue en Mallorca. Yo que sé, con eso de los hippies y esas cosas, quizás nos dejamos llevar un poco. Evidentemente a día de hoy cuesta más meterse en el papel, pero este viernes quién sabe. Si surge, surgirá porque nos da la gana.

23 años sobre los escenarios, los mismos que canciones tiene el disco que presentan. ¿Cuál es la fórmula para seguir juntos?

El otro día, precisamente, me hablaron de un concepto que nunca había escuchado, la trieja, que es una relación de amor entre tres personas. Creo que es lo que tenemos nosotros, pero sin sexo de por medio, que igual eso sí que hubiera estropeado las cosas. Sidonie funciona como una trieja que se quiere un montón, se respeta y que tiene ganas de jugar y divertirse.

El formato, de más de una hora de disco, es arriesgado. ¿Quién se pone 23 canciones del tirón?

Tampoco es normal ponerse películas japonesas y suecas de los años 50 ó 60 y es lo que hago yo cada noche porque me da paz. A veces me aburro, lo reconozco, pero necesito aburrirme. No podemos mantener el ritmo endiablado que nos ha tocado vivir, nos está afectando a todos psicológicamente. Tampoco estamos pidiendo gran cosa, solo 68 minutos. ¿No los tienes? Es que a veces parece que no hay tiempo ni para los 15 segundos que te exige una story en Instagram. Nuestro producto es este. Tranqui, tómate tu tiempo, ábrete una botella de vino y disfruta.

El disco del Regreso de Abba viene precedido de su primera novela. ¿Pueden convivir el uno sin la otra o son imprescindibles?

Pueden convivir sin problema. Es una cosa que estudié y trabajé antes de que salieran a la luz. Quería que los dos artilugios funcionaran de forma independiente. De hecho, soy consciente de que habrá gente que escuchará el disco y que no sabe de la existencia de la novela. También me consta que hay personas que han leído la novela y que no conocen el grupo. Eso me flipa. Si luego conseguimos crear un puente, genial.

El libro salió apenas una semana después de que se decretara el estado de alarma y el disco, el pasado mes de octubre. ¿Se plantearon aplazar los lanzamientos?

Se habló, pero no somos un grupo que mueva tanto dinero como para permitirnos ese lujo. Las cosas se dieron así y estamos contentos. Echo la vista atrás y he de decir que he sido feliz durante esta pandemia, en lo que a trabajo se refiere, que se entienda. La vorágine que se vive después de una actuación pasó a ser un momento de calma y tranquilidad y la verdad que han sido situaciones que hemos disfrutado mucho. Ha sido una aventura muy nuestra que seguramente nunca nos hubiera tocado vivir.

El disco tiene un regusto a todo lo que han hecho anteriormente.

Diría que es un disco bastante hippie y el más ambicioso. He encontrado mi calma como compositor. Tú lo escuchas y dices, pero si es Sidonie de toda la vida, pero he disfrutado mucho siendo los personajes y escribiendo como si fuera ellos.

«En la escuela sufría acoso escolar / si fuiste tú, amigo, no te voy a culpar. / En esta fea historia todos acabamos mal», es una de las frases de la canción Mi Vida es la Música. ¿Había llegado el momento de hablar?

Muchas cosas me han hecho abrirme. Creo que las nuevas formas de comunicación tienen aspectos muy positivos. Los metamedios dan voz a este tipo de asuntos que antes escondíamos. La cultura del hip-hop y del rap, en la que cuentan las cosas muy claramente, también ha influido y por supuesto la edad. De más jóvenes íbamos de chulitos y nos desnudábamos en los escenarios, pero cuando se trataba de sentimientos, no éramos capaces de abrirnos.

En esa misma canción, habla de ansiedad social. ¿La sufre?

Está relacionada con el tema del PAS, personalidad con alta sensibilidad. El personaje que sale al escenario es eso, un cantante que se pone sus pantalones de pitillo, que dialoga con la gente y que finge ser quien no es. Durante mucho tiempo he tenido que usar el alcohol para sobrellevar ese tipo de situaciones, pero hoy en día, gracias a toda la información que tenemos, puedo tratarlo de otra forma.

Sus inicios fueron en inglés, luego se pasaron al castellano y ahora se lanzan con un tema en catalán. ¿Cómo ha sido recibido?

Muy bien. Hemos visto a mucha gente que no habla catalán intentando cantarlo. Les pasa lo mismo que a mí cuando escucho música africana o asiática: te vienes arriba y empiezas a darlo todo.

Son una generación que lleva ya unas cuantas crisis a la espalda… ¿Sidonie puede con todo?

Por ahora hemos sobrevivido. Durante la pandemia quedábamos en nuestro local para vernos, hablar o criticar a otras bandas, que se nos da de escándalo. Ha sido muy sano para nosotros. Decidimos no parar porque, de lo contrario, psicológicamente sabíamos que nos iba afectar. No queríamos estar solos.

Compartir el artículo

stats