«No se ha explicado ni reivindicado el papel protagonista que tuvo en el origen del Museu d’Art Sacre tanto la reforma estructural de la Catedral de Mallorca como la reforma litúrgica de Gaudí», sostiene la historiadora del arte Mercè Gambús, quien ayer pronunció en Palma la conferencia La història desconeguda del Museu d’Art Sacre de Mallorca, un acto enmarcado en el Dia Internacional dels Museus.
La Catedral proporcionó numerosos materiales en los comienzos del museo. «En las terrazas de la Seu se depositaron todos esos materiales de la construcción. Piensa que la casa de la obra estaba ubicada justo delante del portal del mirador. Allí estaban los diferentes oficios, se hacían los retablos», explica. Ese primer museo arqueológico capitular ocupó tanto las terrazas como el claustro de la Seu, luego pasó al edificio donde está actualmente el archivo episcopal. En cuanto a la actuación litúrgica de Gaudí, Gambús recuerda que el arquitecto «se instalaba en el Palau Episcopal [precisamente donde se emplaza el Museu d’Art Sacre] cuando venía a Mallorca», indica.
El relato habitual siempre ha vinculado el origen del Museu Diocesà a la Societat Arqueològica Lul·liana (SAL) y en concreto a la colección de la SAL que estaba en el colegio de la Sapiència. «Y esto es así, pero además se ha de tener en cuenta que la iglesia se implicó para conseguir materiales, donaciones, además de que hay que contemplar las dos reformas que he comentado anteriormente de la Catedral: la de Gaudí y la restauración estructural que venía de la época de Peyronnet».
Gambús también reivindicó el papel del Concilio Vaticano II en el devenir histórico del Museu d’Art Sacre. «Hubo un proyecto de museo de la iglesia en red con los museos parroquiales. Era un proyecto interesante que finalmente no cuajó», indica.
Para la profesora de la UIB, el museo ha tenido una «vida inestable y discontinua. Con pequeños liderazgos efímeros, en el que se han cruzado a veces los intereses y donde no ha predominado un modelo de gestión profesional, que es lo que nosotros ahora reivindicamos, la profesionalización de este espacio, el museo de titularidad privada más antiguo de Mallorca», subraya.
En estos momentos, el museo lo gestiona la Catedral de Mallorca. «Es un convenio por diez años que termina en 2023», comenta la coordinadora científico-técnica de la Seu. «Hemos hecho una revisión del museo dándole vida a la arquitectura, estamos revisando el inventario, los depósitos, la catalogación de las piezas y en septiembre ya podremos presentar el plan director. Ahora faltan los estatutos que el obispado de Mallorca ha de redactar. Con esto, ya podríamos ser reconocidos oficialmente como museo por el Consell y cerraríamos este proceso», señala.
La institución cuenta con tres inventarios que se hicieron una vez se rompió con la Arqueològica Lul·liana y se dividió la colección. «El inventario histórico del museo data de 1933. Y luego vino la Guerra Civil. Antoni M. Alcover, que era el alma de este museo, ya había fallecido», relata. Es precisamente en este inventario donde consta documentada una veintena de dibujos y maquetas de yeso de Gaudí. «Estas piezas ya no están en los depósitos del museo. ¿Dónde están? ¿Qué ha pasado? ¿Quién las tiene? Ha pasado mucho tiempo y dudo que las lleguemos a recuperar algún día», concluye.
