Las obras de rehabilitación de la muralla islámica del siglo XI situada en la plaza del Ángel de Valencia han sacado a la luz parte del cementerio medieval de la desaparecida parroquia de Santa Cruz, situada en la plaza del mismo nombre. También se han encontrado restos del patio y las cuadras de la posada del Ángel, que pervivió hasta la riada de 1957.

Con el avance de las excavaciones arqueológicas se espera que aparezca el foso que discurría delante de la fortificación y que después se aprovechó para canalizar la acequia de Rovella, según ha detallado el Ayuntamiento de València en un comunicado.

Por debajo de la muralla, se ha encontrado parte del cementerio de la parroquia de Santa Cruz, ubicado en la plaza del mismo nombre, que se destruyó en 1884. El Ayuntamiento de València acordó en 1805 el traslado de los enterramientos de todas las necrópolis parroquiales ubicadas intramuros en el cementerio general, pero en el caso de la Santa Cruz, como en otros muchos, solo se hizo parcialmente, por lo que permanecen restos óseos.

El alcalde de València, Joan Ribó, que ha visitado las excavaciones junto a la concejala de Patrimonio y Recursos Culturales, Glòria Tello, ha resaltado que la recuperación de la muralla "es un elemento fundamental para conocer nuestro patrimonio y nuestra historia".

Bajo esta premisa, ha explicado que el objetivo es habilitar un "parque arqueológico" o algún tipo de instalación para disponer de una "herramienta fundamental para que todos los valencianos puedan profundizar en sus raíces", "de manera que a la vez que la gente disfruta de un espacio pueda enterarse de nuestra historia, de donde venimos, de quien somos los valencianos".

"Es muy importante a la hora de definir la personalidad de una ciudad trabajar mucho sus restos y cuidarlos", ha señalado, antes de lamentar que la muralla "era un rasgo característico de la ciudad, que se ha perdido en parte", pero que el consistorio quiere recuperarla y dignificarla".

Por su parte, Glòria Tello ha incidido en que el futuro centro de interpretación tiene la finalidad de "educar y concienciar a la ciudadanía sobre cómo era València y cómo ha evolucionado el barrio del Carme". La edil ha apuntado asimismo que cuando las obras concluyan, en junio de 2022, se recobrarán las dimensiones originales de la muralla.

La actuación cuenta con un presupuesto de 3.440.661,51 euros y un plazo de ejecución de 15 meses, comenzó el pasado 10 de marzo y contempla la intervención arqueológica en todo el ámbito. Las excavaciones realizadas hasta ahora han permitido también localizar vestigios de patios ajardinados con balsas de agua correspondientes a viviendas de la segunda mitad del siglo XIX.

Por otro lado, se están recuperando elementos del patio y las cuadras de la antigua posada del Ángel, que estuvo en pie hasta la riada de 1957, momento en que se abandonó. También han aparecido rastros de construcciones adosadas en la muralla y una calle con una canalización central de desagüe del siglo XIII.

A medida que se desarrollen los trabajos, está previsto que salgan a la luz el antemuro, la liza y el foso que discurría por delante de la fortificación y que en época bajomedieval se aprovechó para canalizar un brazo de la acequia de Rovella.