Este fin de semana está teniendo lugar en Palma un taller teatral sobre la técnica creada por Michael Chéjov, el sobrino del famoso autor teatral ruso y que fue alumno de otro teórico genial, Stanislavski, y con quien primero compartió ideas, aunque luego tomaron caminos divergentes. Para Chejov, la propuesta para una buena interpretación es saber ir más allá de la idea del creador e incluso de la obra.

Quien imparte el curso es Daniel Ginebroza, formado en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, en el Rose Bruford College y en el Teatro madrileño de la Abadía. Ginebroza tiene una amplia experiencia docente en el campo teatral, pues ha trabajado como docente en diferentes países, dando clases de, entre otras materias, Fuentes teatrales de Oriente e Introducción a la voz y la palabra. Hace cuatro años creó la Asociación de Investigación Teatral y Humanística para ayudar a entender qué es el teatro. Para Ginebroza, «es necesario ir a las fuentes, retroceder al pasado y recuperar los ritos del conocimiento para volver a una metafísica de la presencia». En cuanto al método Chejov, explica que «es una manera de utilizar el cuerpo de otra forma, para que este sea el vínculo que nos permita balancearnos entre el exterior y el interior». Las sesiones tuvieron lugar ayer y siguen hoy en la sala Delirious de 10 a 14 horas.