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París-Texas, el mítico bar de la movida palmesana, objeto de una exposición

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El mítico París-Texas de Palma: un bar de exposición

¿Por qué hacer una exposición sobre un bar? ¿Por qué destinar un espacio expositivo, consagrado habitualmente a las muestras de eso que por convención todos acordamos en llamar arte, para hablar de un establecimiento donde se sirven copas, cafés y bocatas? ¿Será porque, quizá, se trata de un bar que es mucho más que un bar? ¿Será porque hablamos de un local mítico que trasciende la noción de espacio físico para convertirse en símbolo de una época dorada de la contracultura palmesana? ¿O es, quizá, porque su propietario y artífice, Ramón de la O, ha sido un artista bohemio en esencia, un instalador compositor de objetos, como él mismo se define?

Este martes se inaugura la exposición París-Texas: una bona nit de dissabte dura fins el dilluns en la Misericordia y es, precisamente, una muestra sobre un bar que fue mucho más que un bar.

La cantina París-Texas, situada en el número 7 de la calle Bellver, fue un lugar diferente en el que se consiguió, en un espacio mínimo, crear un rincón de otro planeta, muy fronterizo, muy mexicano, muy místico, como explica el artista Tatum, uno de los asiduos de este local. Un lugar donde siempre había alguna conversación interesante y dónde no faltaba el buen mezcal.

Comisariada por Sofia Moisés, Tomeu Canyelles y Aina Ferrero, la muestra propone un viaje a través de los objetos, fotografías y la música de un local que se convirtió en todo un icono de la cultura alternativa palmesana y en donde se reunieron escritores, poetas, pintores, dibujantes, músicos, artistas, actores y noctámbulos de toda clase. Un bar en el que no cabían más de 30 personas, “el placer de unos pocos”, y cuya marca de identidad fue su camaleónica decoración que cambiaba con frenética frecuencia gracias a las intervenciones artísticas de su peculiar barman y las de sus imaginativos clientes.

Punto de encuentro del underground mallorquín, el París-Texas fue un nido de creatividad del que surgió, además, un fanzine homónimo en el que intervinieron numerosos artistas del panorama mallorquín hoy reconocidos, y del que se puede ver una importante selección en la exposición de la Misericordia.

Conocido entre sus colegas de profesión como El rey del Terreno, Ramón de la O, quien ha colaborado activamente en la exposición aportando materiales e ideas, ha podido revisitar con la memoria, 30 años después, su ya desaparecido y legendario bar “sucio, pobre y grunge” gracias a este proyecto expositivo del que espera que sirva también para que la gente que lo alternó pueda recordar sus noches allí y todo lo que de ellas se derivó a nivel personal, creativo y profesional.

“Los bares son los lugares donde surgen las historias”, explica Ramón, para quien el bar fue un lugar donde combinar “tradición y vanguardia, arqueología y búsqueda nueva, el primer bar post-moderno de Palma” y del que se siente afortunado al “haber creado un lugar de encuentro de una generación de particulares artistas y haber podido conocer a muchas personas interesantes de manera íntima y cercana”.

La exposición, subvencionada por el Consell de Mallorca, estará hasta el 5 de junio y solo quien la visite podrá entender y sentir porqué la cantina París-Texas fue mucho más que un bar de la movida palmesana hasta el punto de convertirse por mérito propio, tres décadas más tarde, en un bar de exposición cuya leyenda no para de crecer. 

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