El centro cultural CaixaForum Palma presenta la exposición 'Non finito. El arte de lo inacabado', junto con el Museo Nacional de Escultura, con la que explora obras de arte de todas las épocas que, por diferentes motivos, no se acabaron, quedaron interrumpidas o fueron concebidas de manera intencionada como fragmentos.

La muestra, que reúne 85 obras de más de 40 museos y colecciones, subraya la predilección constante de los artistas a lo largo de la historia por las formas fragmentarias.

La directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundación 'la Caixa', Isabel Salgado; la directora de CaixaForum Palma, Margarita Pérez-Villegas, y la directora del Museo Nacional de Escultura y comisaria de la muestra, María Bolaños, han presentado este miércoles la exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 15 de agosto en el centro cultural.

En la muestra, se proponen seis categorías de arte inacabado: el encanto de los inicios, las abreviaturas en busca de la riqueza expresiva, la imaginación del desastre, la metamorfosis, la erosión y la aspiración del infinito.

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CaixaForum Palma inaugura una exposición sobre la poética del arte inacabado B. Ramon

Se trata de una exhibición que se inaugura en CaixaForum Palma y, más adelante, viajará al Museo Nacional de Escultura de Valladolid y al CaixaForum Zaragoza.

El recorrido reúne piezas de Antonio López, El Greco, Dora Maar, Max Ernst, Rembrandt van Rijn, Marcel Duchamp y Joaquín Sorolla, entre otros. Las obras llegan desde el British Museum, el Centre Pompidou, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y el Instituto Valenciano de Arte Moderno(IVAM), entre otras galerías.

Según la comisaria, María Bolaños, "la modernidad se ha sentido cada vez más atraída por esta condición fragmentaria y ha reservado un espacio para la imperfección, al considerar que la obra inacabada es más vivaz y auténtica, más emocionante, llena de sugerencias".

"Mientras que las obras maestras nos parecen rodeadas de un aura sagrada que nos paraliza con su perfección, la obra incompleta, rota o esbozada que descubrimos en la sala de un museo se gana nuestra estima con un brillo especial, porque es más favorable a la sorpresa y a las conexiones inesperadas, a las miradas menos permanentes, como si escondiera un secreto que se nos escapa, pero que despierta las ganas de saber más, de profundizar y entender", ha destacado.