Todo está listo para la puesta en escena del Réquiem de Mozart que hoy se estrenará en el Teatre Principal de Palma con las entradas agotadas. Los protagonistas e intérpretes de este concierto de Pascua ensayaron ayer en la sala grande del teatro, sobre un escenario que mostrará un Réquiem diferente, con un juego de luces y una coreografía que lo convertirán en un montaje multisensorial. Sólo quedan tickets en streaming para el domingo. 

"Este concierto del Réquiem de Mozart será especial debido a las dificultades impuestas por las medidas sanitarias a causa de la pandemia. Los coristas y cantantes del coro cantarán con mascarilla y la orquesta tendrá que estar en el foso», apunta el director de la Orquestra de Cambra de Mallorca, Bernat Quetglas, quien debutará en el Principal este sábado. Ante estas exigencias y posibles debilidades, en lugar de dar un paso atrás, el equipo les ha dado la vuelta para convertirlas en «oportunidades» y ofrecer un espectáculo «ecléctico y multisensorial», señala Quetglas. «Porque va a haber una parte de ambientación muy interesante sobre el escenario», agrega. Además de danza contemporánea. Elementos escénicos que reforzarán el dramatismo de la música sin restarle a la partitura ni un ápice de protagonismo.

Joan M. Albinyana, al frente de la dirección escénica del montaje, detalla que habrá cuatro bailarines sobre el escenario de la compañía mallorquina  ĉevalo: Clara Carbonell, Martín Pareja, Sofía Pérez y Adrià Vicens, un proyecto que ha salido de la Esadib. «Noelia Caurel es la ayudante de dirección». «Hemos trabajado los movimientos en torno a los conceptos que atañen a los enfermos terminales: desde la aceptación de la muerte hasta cómo afecta el deceso a los cuerpos, sus fases, siempre siguiendo el manual de los buenos usos en el tratamiento de paliativos», cuenta. «Es una línea de investigación del movimiento en la que estamos trabajando para otros proyectos también».