Tres cartas inéditas que Camilo José Cela envió desde Palma describen cómo logró en 1968 un hueso del cráneo del Cid, expoliado por los franceses y que hoy atesora el archivo de la RAE. El País ha tenido acceso a las cartas y resume una historia en la que aparece una artista londinense Beppo Abdul-Wahab, una condesa sueca y el sabio Ramón Menéndez Pidal, el gran estudioso del Cantar que narra las andanzas del guerrero burgalés. La pintora le contó un día al escritor que una amiga que iba a viajar a Madrid tenía un hueso del Cid.