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Entrevista

Jaume C. Pons Alorda: «La poesía es el género del misterio, de las opciones abiertas»

«Las redes sociales pueden ser una gran oportunidad para difundir poemas porque son sintéticos y deben impactar. Servirían para acercarse a la gente y que apreciasen su belleza»

El autor de ‘Riu, bèstia’ en una sonriente imagen, la de las solapas de su nuevo libro. MARTA HUERTAS

Poeta, novelista y traductor. El mallorquín residente en Cataluña acaba de publicar el poemario ‘Riu, bèstia’ con la editorial Lleonard Muntaner y tiene a la vista, «si todo va bien», la traducción al catalán de su adorada Iris Murdoch. Ha condensado en 39 poesías 15 años de «escribir, reescribir, ampliar y tirar a la amiga papelera»

¿A qué se debe la polisemia del título en catalán?

Me gusta que los lectores sean quienes finalicen el texto, ya sea un título, un poema o prosa. Un poeta admirado y querido, que fue un maestro para mí, Francesc Garriga, decía que el que escribe realiza la mitad del trabajo y que quien lo lee acaba la otra mitad. Por tanto, cualquier texto es una obra en marcha, que depende de la persona que se aproxime a él, ya que lo enfocará de una forma determinada. La escritura tiene esa libertad. Por eso, a menudo, si leemos una novela y después vemos una adaptación al cine, nos suele decepcionar, porque nos la habíamos imaginado a nuestra manera.

¿No es porque sea peor?

Puede ser una buena película, pero realizar una adaptación es elegir una sola posibilidad y si no se parece a la nuestra, podemos no sentirnos identificados. En cambio, un texto literario ofrece todas las opciones, porque cada uno se imagina la suya.

Con la poesía más todavía.

Sí. Considero que es el género del misterio, de las relecturas, de las opciones abiertas, ya que cada relectura es una opción distinta. También me gusta mucho lo que afirma Gonçalo Tavares, que un escritor no sella respuestas, sino que acumula perplejidades.

Parece contradecirse con el poema inicial de Riu, bèstia: «No són poemes, són solucions».

Es el primero porque quería que fuese una provocación, una perplejidad, precisamente. No es contradictorio, sino una ironía, ya que un poema no es la solución. Le estoy dando un papel moral cuando un poema simplemente es un elemento artístico. El arte puede llegar a crear vida nueva, pero no representa la vida. En todo caso construye una realidad alternativa sobre el papel que se parece a la nuestra, aunque no quiere decir que sea un espejo. Un texto siempre genera una nueva realidad. En este sentido yo entiendo la literatura como Iris Murdoch, que decía que una obra literaria es un laboratorio donde se están probando las morales, ideas y emociones del futuro. Por eso afirmo que los poemas son soluciones, es como un ensayo de posibilidades abiertas.

La homenajea en el colofón del libro. ¿Le ha influido?

La adoro, estoy fascinadísimo, es sublime. De sus 26 novelas, he leído 15 y mi objetivo es leer todas y después releerlas.

«Como decía Iris Murdoch, una obra literaria es un laboratorio donde probar las ideas y morales del futuro»

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¿Y traducirlas?

Si todo va bien, seguramente lo haré para Edicions de 1984. Empezaré por La Campana, en principio, y la idea es continuar con más traducciones. Estoy muy contento. Y me encanta citarla, como ya hice en Ciutat de Mal.

¿Los «biopoemas políticos», como los define, son porque la poesía ha de ser comprometida?

La poesía es un compromiso vital y total. Es el hilo conductor de mi vida, ya que mi intención es vivir poéticamente, por lo que un poema no surge cuando decido escribirlo, sino que es resultado de esta vida poética. La finalidad es convertirlo todo en poesía. Por eso los he llamado biopoemas políticos, porque la política es una manera de posicionarse y los poemas también son una forma de enfrentarse activamente al mundo y la creación a través de una postura propia intelectual y emocional. Lo de bio es porque, aunque parezca que hablan de amor, hablan de la vida.

¿Siempre es inconformista?

Sí, y lo bueno de la poesía es que se trata de una de las pocas cosas que huyen del canibalismo capitalista porque no sirve para nada, no da dinero y hoy en día ni siquiera prestigio. Es una de las últimas fórmulas que tenemos para salir del mundo neoliberal, en el que solo hay que producir ganancias. Las únicas que otorga la poesía son las individuales, de plenitud y placer, pero nada para la sociedad. Por tanto, solo hará poesía quien sienta la pasión por hacerla. Eso es maravilloso y una poderosa democratización.

Se acaba de celebrar el Dia de la Poesia Catalana en internet. ¿Cree que es un buen medio para darla a conocer?

Las redes sociales pueden ser una buenísima oportunidad para difundir la poesía porque es un género sintético y que tiene que impactar. La mayoría de poemas de Riu, bèstia son muy breves e intensos, es decir, compartibles por redes. No soy elitista, sino que creo totalmente en el auténtico sentido de la democracia y en la poesía para acercarse a la gente y que pueda apreciar su belleza. Estoy convencido de que gustaría a mucha gente, aunque todavía no lo sabe, de ahí la utilidad que pueden tener las redes.

De 333 poemas escritos en 15 años ha escogido 39. ¿Cómo ha realizado la selección?

Faulkner decía que la mejor amiga del escritor es la papelera. La dificultad con Riu, bèstia es que no se acababa nunca, ya que lo iba escribiendo, reescribiendo y ampliando, y acabó siendo un volumen muy gordo. Me planteé publicarlo así, aunque después pensé que la poesía es precisamente síntesis, la capacidad de llegar a lo esencial mediante una economía de recursos. Y decidí recortar un múltiplo de tres, 333, para pasarlo a otro múltiplo de tres, que podría haber sido 66 u otro, aunque fui reduciendo y por casualidad salieron 39 poemas. Creo que eran los mejores y tuve la suerte de que mantenían entre ellos un hilo conductor desde el principio hasta el final del libro. Pese a que está muy condensado, detrás tiene una arquitectura que lo estructura muy bien.

«La poesía es de las pocas cosas que huyen del canibalismo capitalista, porque no da dinero ni prestigio»

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Los temas son muy variados. ¿Fue intencionado?

Como he trabajado 15 años con él, hay una gran variedad de temas, intereses, estilos, voces y registros, y eso se nota. Se trata de un recorte de un volumen más grande, por lo que es una especie de fantasmagoría que consigue mostrar el carácter ecléctico de la totalidad. Aunque sea una parte, tiene la fuerza para representar casi como un espejo a aquellos que no están. La poesía también es eso, la sutilidad, la atmósfera, el aura de lo que no se dice, y eso que no se dice es lo misterioso, lo que decía al principio.

¿Cómo ve Mallorca desde el «Mississipi catalanenc»?

Allí tengo una gran parte de mi familia y el sentimiento que la isla me genera cuando la miro desde la distancia es de nostalgia, como si fuese el paraíso perdido, una nostalgia que es beneficiosa para amar. Y cuando voy me proporciona una gran felicidad. La veo con un sentimiento más positivo que negativo, obviamente.

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