La imagen del actor felanitxer Miquel Gelabert se ha replicado en este último mes en miles de pantallas en todo el mundo. El intérprete mallorquín forma parte del elenco de la película Bajocero, convertida en la cinta española más vista de Netflix en todo el mundo.
«La rodamos hace dos años, en febrero de 2019. Cuando estaba lista para su estreno, irrumpió la pandemia y no pudo estrenarse en las salas de cine. Finalmente, vio la luz el mes pasado en Netflix, y en quince días se convirtió en el número 1 a nivel mundial en los contenidos de la plataforma», celebra Gelabert. «El año que viene, espero que este hecho se note en la liquidación de los derechos de autor y suponga como ganar un plus», explica.
El actor estuvo a punto de rechazar el papel de preso en Bajocero (encarna a Pardo, el más viejo del grupo de reos, un hombre relacionado con la política y las finanzas y que acaba en la cárcel por un caso de corrupción) «porque había tenido problemas de salud y estaba algo asustado, necesitaba a alguien que me controlara un poco», relata. «Pero finalmente decidí ir a Madrid y enfrentarme a mis fantasmas, la verdad es que me fue muy bien». El rodaje planteaba en principio un hándicap, el frío intenso que iba a tener que soportar todo el equipo. «Las temperaturas eran bajísimas. La idea era hacer las tomas en exteriores, pero con las nevadas que hubo finalmente se optó por fabricar una réplica del furgón y rodar cuando hiciera mal tiempo en un plató, donde todo fue más cómodo», comenta. «Me lo pasé muy bien con los compañeros rodando esta película, pese a que este tipo de historias no me entusiasman. A mí me gustan las cintas más emocionales, tipo película francesa, de personajes y menos acción», reconoce.
No es la primera vez que Gelabert se mete en la piel de un delincuente. «He hecho ya a varios y también de facha. El personaje de Pardo es un poco fachilla. Ya me tocó hacer un papel así en la miniserie El día de mañana de Mariano Barroso». El intérprete mallorquín también ha probado otros roles criminales, como de «maltratador o violador». «A mí es que o me dan papeles de depravados o de bocins de pan, muy bondadosos, no hay término medio», cuenta. «Los personajes que he hecho los divido entre personas con las que me iría a tomar una copa y personas con las que no», bromea.
Es cierto que el papel de reo en Bajocero ha relanzado a Miquel Gelabert, pero en realidad es un actor que siempre ha tenido trabajo y que ha aparecido en numerosas películas y series. «Yo soy como el Guadiana, que aparece y desaparece», dice. «En general, estoy satisfecho con los papeles protagonistas que he hecho y los de reparto. Un conocido mío decía sobre los papeles: ‘Corto, bien pagado y resultón’. Yo pienso que también soy un actor de ese tipo de papeles», confiesa. «Está muy bien llevar todo el peso de una película, pero a veces hay películas en las que haces unas cuantas secuencias que están bien y me han encantado», reflexiona.
El actor es el protagonista en estos momentos de la serie Pep de IB3. «Se está emitiendo la segunda temporada y estamos esperando para ver los guiones de la tercera. No sé si me tocará estudiar mucho o poco, espero que en esta ocasión me toque un poco menos porque el personaje se irá deteriorando, aunque el director me dijo, mientras rodábamos la segunda, que no me diera tanta prisa con esta cuestión, que el personaje aún tenía lucidez». El actor, residente en Barcelona, asegura que también está recibiendo feedback en la ciudad condal de su rol como enfermo de Alzheimer.
Hace dos escasas semanas, los espectadores televisivos también pudieron verle en la película Frederica Montseny, la dona que parla. O en la serie La Caza. Tramuntana, de TVE, rodada en la isla. «También tengo un papel en la película Pan de limón con semillas de amapola que se rodó hace unos meses en Valldemossa. Encarno al fotógrafo de un pueblo», cuenta.
El actor, que cumplió 67 años el viernes pasado, lleva desde los 17 dedicándose a la interpretación. Empezó haciendo teatro (pasó por Comediants o La Fura dels Baus) y asegura que habrá trabajado en más de 50 rodajes. La fama le llegó con la participación en algunos títulos de la edad dorada de los seriales en TV3. «Con Ventdelplà hubo un punto de inflexión», evoca.
Además de en la interpretación y los viajes, el intérprete encuentra un enorme placer en el dibujo. «Dibujar es lo más divertido que se puede hacer con la ropa puesta», bromea el felanitxer, «indignado» con el hecho de que en su pueblo de nacimiento «no haya un teatro en condiciones. Hace siete u ocho años representé una obra en una sala que antes era un cine y no había ni camerinos. Es una pena con el enorme potencial que tiene Felanitx», opina.
Gelabert es también el protagonista del único trabajo de Mallorca nominado a los Premis Gaudí que se entregan el próximo domingo. Tiene uno de los papeles principales en el corto Forastera de Lucía Aleñar, que se lo juega todo en la gala.
