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MÚSICA CRÍTICA

Génesis, apocalipsis y resurrección

«En el principio fue el verbo». Así empieza el libro del Génesis, el primero de los volúmenes en los que dividimos el Antiguo Testamento y en el que se narran los siete días que Dios utilizó para crear el sol, la luna, las estrellas, el agua y las criaturas vivientes. Pues así empieza también ese proyecto musical y visual que el pasado sábado día 13 llenó el escenario del Teatre Principal de Palma de sonidos e imágenes para el recuerdo.

Ese Climàtic 3.0 posee belleza. En sentido amplio del término. Las proyecciones (con una banda de Moëbius que va y viene y que se deshace y se reconstruye) y los efectos de luz son espectaculares, pero además también hay belleza en las composiciones musicales que las acompañan (¿O es al revés? ¿Quién fue primero, el sonido o la imagen?).

Miquel Àngel Aguiló ha construido una proclama ecologista a través del arte. Utilizando para ello textos de San Francisco de Asís a los que ha puesto música. Una partitura que interpretan muy bien los miembros de una pequeña orquesta y unas voces de mucha altura, tanto las que forman el coro, como las que destacan como solistas en algún momento de la sesión. Y la belleza no acaba aquí, pues hay otros elementos estéticos que emocionan a través del movimiento corporal de dos bailarinas.

Aguiló pasa del Génesis al Apocalipsis, del primer libro al último de la Biblia, mostrando cómo el ansia de poder y de destrucción humana no tienen límites y pueden llevar a la devastación del planeta. Aunque al final, con la Resurrección, podamos entrever la esperanza. No todo está perdido, en sentido doble: primero sobre la tierra, pero también sobre el escenario, ya que si en tiempos de pandemia algunos artistas, con Aguiló a la cabeza, son capaces de crear espectáculos como éste, hay motivos para pensar que la vida sigue y que el arte tiene, todavía, la capacidad de emocionarnos.

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