El Tribunal de Cuentas exonera del desfase económico del Teatre Principal a dos trabajadoras que, a través de sus abogados, tuvieron que declarar ayer ante el máximo organismo fiscalizador estatal. Sin embargo, sigue investigando a la anterior administradora de la sala pública debido al descuadre en la caja de 125.000 euros entre los años 2002 y 2016, descubierto durante la anterior legislatura. Este tribunal autónomo tiene la función de fiscalizar la gestión económica del sector público y lleva un año con el caso de Palma sobre la mesa. Su labor hasta el momento ha sido de diligencias previas para dilucidar de quién es la responsabilidad del agujero y ayer también resolvió la liquidación provisional de las cuentas del teatro, según informaron desde la entidad cultural.
A partir de ahora, la Fiscalía y el propio Teatre Principal, como parte perjudicada, deben decidir si amplían la investigación, lo que supondría citar a declarar a más posibles implicados en la causa. Las malas prácticas en la gestión económica salieron a la luz con las auditorías realizadas durante el anterior mandato a instancias del exdirector, Carlos Forteza, en las que se señalaba que podría tratarse de un agujero acumulado en legislaturas anteriores, de ahí que el Tribunal de Cuentas haya investigado el citado descuadre desde el año 2002.
El director entre 2016 y 2019 encargó una auditoría interna tras comprobar que la liquidez no se correspondía con la realidad, y después realizó las auditorías de 2013, 2014, 2015 y 2016, ya que la Fundació Teatre Principal está obligada a hacer una al año y no lo hizo. Los anteriores directores fueron Joan Gomila (solo unos meses), Biel Coll, Joan Arrom, Guillem Roman, Margalida Moner y Rafael Creus, tal como enumeraron desde el organismo que depende del Consell de Mallorca y tiene un patronato político.
Con la llegada de Forteza, se implantó un protocolo de actuación con la caja de la taquilla que incluía su cierre diario y llevar a cabo el ingreso pertinente en la cuenta corriente, ya que era una de las posibles vías del desfase. También se internalizó la contabilidad y se empezó a aplicar la ley de contratos públicos, estableciendo qué era un contrato menor y realizando licitaciones para los contratos mayores mediante el sistema de concurrencia y publicidad. La administradora se fue con estos cambios.
