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Un canto a la naturaleza

La mezcla de voces líricas, del jazz y en árabe, la orquesta, el vestuario, la narración y la danza convierten ‘Climàtic 3.0’ en un espectáculo multidisciplinar con un mensaje de esperanza

Un momento del espectáculo cuando se representó en la Basílica de Sant Francesc.

Como si fuese una distopía, en la primera versión de Climàtic se entregaba a los espectadores una mascarilla para entrar en el teatro. Era hace 14 años en el Principal. Climàtic 3.0 vuelve el sábado a la Sala Gran y el público tendrá que ponerse de nuevo el elemento protector, aunque ahora no es un guiño para denunciar la polución. Y esta vez no habrá fotocopias del tratado de Kioto pisoteadas por los asistentes ni «un espectáculo duro con un cataclismo final», describe Miquel Àngel Aguiló, el director de ambas obras. Pese a que la esencia es la misma, hacer pensar sobre «la importancia de actuar ante el cambio climático», Climàtic 3.0 «se ha transformado por completo, incluso la música», como esbozó hace dos años en la Basílica de Sant Francesc.

Será una puesta en escena con canto, danza, luz, proyecciones de imágenes sobre texturas y un diálogo entre un narrador, Nadir Jiménez, y la orquesta, además de ocho voces líricas, una solista de jazz, Mery Lambourne, y otra en árabe, Yosra Zecris. Aguiló ofrece «un espectáculo multidisciplinar que invita a la esperanza», ya que tras la primera edición se dio cuenta de que «si el mensaje final es muy derrotista, cerrando todas las puertas, desanimas tanto que la gente piensa que no hay nada que hacer y sigue igual».

La primera parte presentará la naturaleza «en un estado ideal», donde Lambourne cantará «una especie de nana dedicada a la Luna y las estrellas, con una voz dulce, sin mucho vibrato, como si acunases a un bebé para que se duerma», cuenta ella. Y el hilo conductor será el narrador, con frases de textos del «ecologista» San Francisco de Asís, y avanzará acompasado con su vestimenta. «La prenda diseñada por Angie Vallori sirve para escenificar los pequeños movimientos del agua, el viento, el calor, etc., sutiles y que representan la naturaleza sin la intervención del hombre», según detalla Jiménez. La especialista en vestuario de cine y teatro tiene en su currículum el premiado corto Woody & Woody, el más reciente Extinció, de Aina Calleja, la obra La revolució de les coses petites, de Jaume Miró, y varias óperas.

El actor y narrador Nadir Jiménez, ayer en la prueba de vestuario, diseñado por Angie Vallori. | R.G

Para la creadora de las firmas Xicoia, Moraduix y Kikotas no ha sido algo excepcional diseñar una prenda sostenible, debido a que es su filosofía. «En esta ocasión he recuperado una túnica que tenía y la he modificado totalmente hasta dejar solo la estructura, mientras que el tul es de un viejo vestido de Xicoia», señala sobre un trabajo ideado «a tres bandas» con el actor y el director.

Tras la entrada del hombre en escena, llega la destrucción, pero «luego reflexiona y es consciente de lo que ha hecho y acaba con el mensaje de esperanza», resume el artífice de la obra, que desde niño sintió interés por el personaje de Asís. «Trataba como hermanas a las estrellas y la luna, y a todas las criaturas. Su texto es muy actual, muy ecológico, y como yo de niño era muy soñador, quería defender los animales y las grandes causas, me atrajo desde entonces», dice quien ha convertido esos sueños en el espectáculo Climàtic 3.0.

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