Exponer en un concesionario de coches es el inicio para Girbent de un camino con el que pretende «transgredir el límite físico convencional del arte».

El artista de Sóller presentó ayer en Autos Vidal una serie de seis pinturas de pequeño formato donde la inspiración son los museos. Se trata de representaciones del Louvre, del Prado o del Museo de Arte de Viena.

«Otro de los objetivos es hacer llegar mi obra a grupos y sectores que nunca entrarían en contacto con mi obra y que están fuera de las dinámicas del mundo del arte», explica a este diario el artista representado por la galería Horrach Moyà.

Las obras de Girbent se concentran en una misma pared de Autos Vidal, «prácticamente la única disponible, porque los concesionarios de coches están todos acristalados».

«A estas alturas, tengo ganas de hacer las cosas con mucha libertad. No quiero apuntar tampoco contra ningún espacio convencional de arte, pero los discursos oficiales del arte están muy influenciados por lo políticamente correcto. Si no te ajustas a esto, ya estás fuera del juego», considera.

El proyecto de salir de la galería para abrazar otros públicos está previsto que pueda llegar a una relojería-óptica, «también a una inmobiliaria, a una peluquería o incluso a un centro comercial, quiero hacer algo que sorprenda mucho. Es una propuesta expansiva y múltiple y ya veremos hacia dónde se dirige», concluye.