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Biel Mesquida: «Los poetas son los sanitarios de la lengua, consuelan con su música»

El escritor y articulista de este diario publica su octavo poemario, ‘Carpe momentum’, donde evoca la función primigenia del poeta, nombrar las cosas, y ahonda en la conciencia del paso del tiempo y en la capacidad de sentir del ser humano

Biel Mesquida publica el poemario ‘Carpe momentum’, un canto a la vida y al tiempo

Biel Mesquida publica el poemario ‘Carpe momentum’, un canto a la vida y al tiempo B. Ramon

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Biel Mesquida publica el poemario ‘Carpe momentum’, un canto a la vida y al tiempo M. Elena Vallés

Carpe momentum es el Biel Mesquida más esencial, puro, profundo; el Biel Mesquida que ahonda en el origen mismo de la poesía y en sus temas clásicos. Directo, sin filigranas, pero voluptuoso al tiempo. El escritor y articulista de este diario acaba de publicar un poemario de 179 páginas, dividido en tres partes más un Ars Amandis, que es un canto a la vida, a la celebración de los sentidos, al amor, al acto de nombrar las cosas, a la conciencia del paso del tiempo. Carme momentum, título sin duda inspirado en la locución latina de Horacio carpe diem, arranca con una declaración de principios en los primeros poemas, recogidos bajo el epígrafe El recordador, llibre primer (2009), que es la sublimación del lenguaje, «que es lo que nos hace humanos». En esta primera parte, Mesquida presenta un antiguo problema de la filosofía: la relación entre el lenguaje y la realidad. Frente al lenguaje manipulado de nuestro día a día, el poeta exige un lenguaje que se corresponda exactamente con las cosas, un lenguaje que no sea arbitrario, que guarde una relación natural con la realidad. Más aún, que la palabra sea la cosa misma. Este es el lengua poético por excelencia. «Hemos de aprender a vivir con el lenguaje que tenemos y nos ha de ayudar a sobrevivir. Es un lenguaje que hemos hecho para taparnos cuando hace frío, para reír, para expresarnos, para explorar, es la única herramienta que tenemos», considera el poeta. «El escritor lo que hace es decir y vivificar ese lenguaje, que pierde energía, intensidad y se desgasta. Y que incluso llega a convertirse en algo que no nos dice nada», reflexiona. «El poeta es quien lo reconstruye, lo afila, lo siembra, lo riega, lleva a cabo una serie de acciones para que despierte y resplandezca», señala. «Es un lenguaje que debe irradiar verdad, alegría, belleza y sentimientos reales».

Otro de los elementos que estructuran estos poemas, que son como una caja de resonancias donde muchos elementos se repiten e interrelacionan, es el diálogo entre diferentes creadores, sobre todo poetas y, en concreto, los clásicos, «que a su vez me han creado a mí». Abren el volumen, editado en la colección Jardins de Samarcanda por Cafè Central/Eumo Editorial, dos citas de Ramon Llull y Hölderlin. «Todos los poetas clásicos se funden, cantan lo primigenio, lo original. En este sentido, lo primero que hace el poeta es ponerle nombre a las cosas. El poeta lo que hace es nomcossar», indica. De hecho, el catalizador de todo el poemario es el acto de nomcossar, «este enfocar sobre el lenguaje y la realidad, y tratar de poner de relieve cuál sería la función de la poesía». El otro pivote sobre el que gravitan los poemas es el paso del tiempo. «Ya no tenemos ni conciencia ni sensibilidad sobre el mismo, ni sobre temas ligados como la muerte, la desaparición, la pérdida o la belleza», advierte Mesquida.

El autor adentra al lector en una poesía más sensorial en el libro II, El llegidor, escrito en 2017. «Como decía Paul Valéry, la poesía es una forma de mostrar invisibles que tenemos delante, los poetas nos muestran aquellas cosas que tenemos frente a los ojos y no las vemos».

Todos los poemas están escritos en un tono sereno. «El poeta no ha de hundir al lector, esa serenidad en la que está escrito el libro va unida también al clasicismo del que hablábamos antes», subraya el autor.

Biel Mesquida, ayer, recitando un poema de ‘Carpe momentum’, en el restaurante Pesquero de Palma. B. RAMON

La parte más extensa de Carpe momentum es el tercer libro, El sentitdor, escrito en 2020. «Estos versos creo que adquieren una intensidad más fuerte debido a la situación dolorosa, tensa y llena de dificultades, mortalidad y enfermedad que estamos viviendo. En un fondo muy negro, los colores siempre resaltan más. Aquí el lenguaje se abre a momentos fulgurantes, de brillo, con abismos, subidas y bajadas, es un Dragon Khan del lenguaje», observa. «A los clásicos ya les sucedía, el poeta se siente como un ciudadano de la tribú, pero que ha de ser generoso, abierto, es un sanitario de la lengua que ha de estar a disposición de los demás. En la poesía hay una música consoladora y que acompaña para que no te sientas solo. Al poeta, escribir poesía le ayuda a conocerse a sí mismo y al tiempo el lector se conoce a sí mismo leyéndola. Es un camino de conocimiento», considera.

En esta tercera parte del poemario, se confirma aquello de que la poesía sirve para abrir puertas a lo desconocido «y para reevaluar nuestras razones de vivir». Mesquida lo apunta siempre que puede. «En los últimos poemas de Hölderlin había una gran tensión. Tiene un poema donde dice que el perfume de un limón le resulta doloroso. Ahí hay una hipersensibilidad que abre a sensaciones desconocidas. Es algo modernísimo porque abre nuevos territorios. Yo he buscado también abrirme en canal en estos poemas. Hay cierto impudor por mi parte, el poeta se lo ha de mostrar todo al lector: la carne, el dolor, los pensamientos, su vergüenza...», sostiene. «Todo mi juego poético está a la vista, no hay cartas escondidas, están todas sobre la mesa».

Mesquida juega acertadamente con los ritmos, extensiones y disposiciones de las estrofas. Con tonos celebratorios, elegíacos y otra veces con versos sentenciosos, que parecen aforismos, pensamientos concentrados. Incluso inserta un manifiesto poético, Tot fa ull, donde filtra una multiplicidad de preocupaciones propias como el cambio climático, el racismo, la deriva del capitalismo, el feminicidio, la migración, el machismo, «los genocidas de lenguas y culturas, los dictadores que encarcelan razones y vidas. Tot fa ull!», exclama.

El libro salió de imprenta el 7 de febrero, justo 500 años después del comienzo de la revuelta de las Germanies, un dato que no es baladí y que el propio Mesquida celebra en la última página de Carpe momentum.

Recital En el Castell de Son Mas junto a Nicolau Dols

Biel Mesquida y Nicolau Dols recitarán poemas el próximo viernes día 5, a las 19 horas, en el Castell de Son Mas de Andratx, en un acto organizado por el Ayuntamiento del municipio. Dols leerá a Mesquida y Mesquida a Dols. De momento, no se celebrarán presentaciones de Carpe momentum a causa de la situación sanitaria. A Mesquida le gustaría poder hacer dos antes de Sant Jordi, una en Palma y otra en Santa Maria. En ambas, se recitarían sus versos. Mesquida es un gran defensor de la oralidad.

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