Basada en su experiencia personal en Bangladesh, la escritora afincada en Palma y profesora en la Escuela de escritores Bárbara Gil ha escrito una ópera prima que denuncia la explotación de trabajadores en países asiáticos por parte de grandes industrias textiles. Paraísos en los que la mano de obra es barata y los delitos contra el medio ambiente, sencillamente ignorados.

La imagen El abrazo final de Taslima Akhter que dio la vuelta al mundo tras el colapso del Rana Plaza el 24 de abril de 2013 mostraba mucho más que dos de los casi 1.200 muertos. Bárbara Gil, actual responsable del club de lectura de Agapea en Palma, no la olvidó. De hecho, la recuerda entre las páginas de su novela. «Todos somos responsables de las irregularidades que ocurren en la industria textil en Asia, pero eso no significa que seamos conscientes de hasta qué punto se cometen atentados contra el medio ambiente ni de lo dramático e irreparable que es que se violen los derechos laborales de las personas que trabajsn en las fábricas textiles de Bangladesh. No soy ni una activista ni una fotoperiodista que se juega la vida para mostrar en sus fotografías el lado trágico de las guerras, pero sí soy un poco inconsciente, si no fuera así, supongo que no habría viajado sola a Bangladesh sin más que una reserva de una noche de hotel en la capital, con la idea de que el viaje se iría haciendo solo, precisamente en un año en el que recomendaban no viajar porque habían asesinado a muchos turistas aleatoriamente por todo el país», cuenta la autora sobre cómo comenzó la aventura que daría como fruto Nenúfares que brillan en aguas tristes, publicada por Plaza&Janés.