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Jordi Maranges: «Bailar, en tiempos de pandemia, es una catarsis muy necesaria»

El músico, excantante de El Diablo en el Ojo, publica ‘Sentimental Vol. II’, un EP bailable que clama por el fin del amor romántico

Jordi Maranges.

Se ha definido como «una persona un tanto pirada y neurótica» que cree en la cultura. ¿Cómo sobrelleva la pandemia?

Con la pandemia mi neurosis se ha multiplicado por cien. Sigo creyendo en la cultura, pero a veces las grandes palabras se quedan en eso, en grandes palabras.

¿En el amor está la salvación?

Sentimental es una canción que habla del amor pero lo plantea desde una perspectiva distinta. He intentado hablar de una forma un tanto lúdica y mostrar variantes de lo que es la pareja monógama tradicional, poniendo en cuestión uno de los pilares de la cultura occidental, la familia, que es la que origina la pareja heterosexual normativa.

¿Celebra la soltería?

Defiendo otras representaciones, como la soltería. La soltería no es un fracaso. Estar soltero es tan válido o mejor que estar en pareja. Estar en pareja se ve como un paso ineludible para entrar en la vida, para ser normal, y eso hay que cuestionarlo. Hay muchísima gente que no está diseñada para una pareja monógama.

¿El amor le ha tratado bien?

No me ha tratado especialmente mal. Yo me preguntaría qué espero del amor, qué es el amor. Al final todos estamos dentro de este drama, nos han educado de una forma para esperar que el otro o la otra nos solucione los problemas. Exigimos un montón a los otros, y no hablo de apostar por el individualismo. Ese juego de proyecciones que estableces cuando estás en una relación, que normalmente es lo que has visto en tu familia, es muy peligroso y al final eso no es amor, sino un juego de espejos extrañísimo que hay que ventilar. No hay que seguir un patrón que es tóxico para mucha gente. Es lo que pienso, pero yo no quiero sentar cátedra de nada.

Se dice que el amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a la pareja.

El peligro está ahí porque hemos sido educados a partir de esos preceptos, a partir del machismo, la homofobia, el racismo... Esos dispositivos están presentes.

¿Qué vínculos establece usted con sus canciones?

Una canción es como un ente vivo, materia que va cogiendo forma. En el principio es una idea, que después va adaptando cierta forma, la vas puliendo... Yo espero que mis canciones, de alguna manera, me den refugio, que sean mi hogar. Y no solo mis canciones, también la música en general. Cuanto más sabes, más te exiges. Muchas veces las canciones, al principio, funcionan casi de manera azarosa y no valoras esos hallazgos. En mi proceso creativo hay tensiones. Me exijo mucho con las letras.

Jordi Maranges es un artista pop. ¿También le resulta atractiva la música electrónica?

Con la música electrónica he encontrado una vía de expresión nueva. Sentimental es una canción que como NMGT, del EP Espasmo (2018), surgió de una manera alternativa. Con Sentimental utilicé un sampler de sintetizadores de bajos que me recordaba mucho a Giorgio Moroder y quise hacer una canción a partir de eso únicamente. Fui probando melodías dentro de ese sampler y construyendo la canción poco a poco, en casa. Una vez tuve el ambiente que buscaba vino un estribillo que de alguna manera pone algo de luz a esa otra parte de la estrofa que es más oscura. La electrónica, el jugar con los ordenadores, ha cambiado un poco la manera que tenía de componer. Antes trabajaba más con la guitarra, con los acordes. Ahora me he pasado más a las teclas y teclados.

¿Qué le llevó hasta DJ Moderno y NxFaith, responsables de los dos ‘remixes’ de Sentimental?

Llegué a DJ Moderno por casualidad, porque un amigo le pasó la canción y le encantó. Quiero hacer el remix, me dijo. Adelante, contesté. Con NxFaith ya había trabajado, en un remix de El Cazador. Me gusta mucho, lleva mis canciones a oscuridades mucho más profundas. Trabaja con el tecno y el house pero con un rollo muy oscurete, denso y sexual, y eso me encanta. El de DJ Moderno es un remix más disco, más bailable. Me parece muy interesante ofrecer dos lecturas casi antagónicas del mismo tema.

¿Por qué acudió a un clásico como Rhythm of the Night para brindar una «deconstrucción melancólica»?

Es un recuerdo importante, para mí, la banda sonora de la primera mitad de los años 90, de los billares y los recreativos. En mi cabeza son años muy oscuros, con mucha violencia. También me recordaba mucho a Gomila. En la canción hay un poso de melancolía.

Hablando de revisitas, ¿revisitará algún día el legado de El Diablo en el Ojo?

Me encantaría hacer algún concierto puntual. Lo hemos hablado alguna vez. Las canciones de El Diablo en el Ojo son canciones como la copa de un pino. Ya se verá...

¿Cómo bailar con una pandemia que nos deja helados?

Bailar es una vía de escape total. Mucha gente, yo entre ellos, se ha montado la discoteca en casa como ha podido. Es una catarsis muy necesaria.

¿Por qué no publica en formato físico?

Publicar ahora en formato físico no tiene sentido, te lo comes con patatas. Me encantaría sacar mis canciones en vinilo, pero los números tienen que cuadrar.

¿Qué opina del ingreso en prisión de Pablo Hasél?

Es una vergüenza, sencillamente alucinante. Da una imagen de España lamentable, no lo entiendo. Cualquier persona con dos dedos de frente clama al cielo.

En marzo llega ‘La balada del hombre penetrado’

El 25 de marzo Jordi Maranges publicará nueva canción, La balada del hombre penetrado, un tema «con mensaje», afirma un autor que «nunca» ha sentido ningún rubor a la hora de expresarse y que no concibe la idea de autocensurarse. Saldrá como un single «y a la larga veré si la incluyo o no en un largo. Hacer previsiones a largo plazo o corto, ni me apetece». El músico cuenta con diverso material que ha ido grabando en los estudios Favela con Michael Mesquida, con el que coincidió en su etapa en El Diablo en el Ojo.

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