La bailarina Mar Aguiló (Palma, 1987), en las filas de la Compañía Nacional de Danza (CND) desde 2007, ha iniciado «un nuevo camino», el de la creación, con tres piezas, dos de ellas (Afterlove y Arriaga) encargos de la empresa que dirige Joaquín de Luz, y la tercera (Fandangos y tonadillas), en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. En agenda, otra coreografía, Stella, con el trasfondo de la noche, una obra «cien por cien» Aguiló, con el acompañamiento de ELAMOR, que verá la luz gracias a una residencia en los Teatros del Canal y que será interpretada por bailarines de la CND, el Ballet Nacional y la Ópera de París.

«El paso de bailar a crear es una evolución natural», expresa Aguiló, quien desde hace años se ha volcado en la búsqueda de «un lenguaje personal» con el que poder poner en movimiento sus inquietudes. «Quiero saber qué es lo que me mueve como artista y no tanto lo que quieren otros de mí. Entiendo la creación en danza como un ejercicio de introspección», señala.

El actual director artístico de la CND, Joaquín de Luz, se fijó en su faceta como coreógrafa antes de la pandemia. Le propuso explotarla y ella, ilusionada, aceptó. La covid alteró alguno de sus proyectos, como Afterlove, inspirado en la noche, «un tiempo metafórico que determina un espacio de subversión de las normas establecidas», pero no impidió su estreno, el pasado mes de junio, con motivo del Día Europeo de la Música.

Durante el primer confinamiento, el de hace ahora un año, se dedicó a «desarrollar ideas» sin abandonar el baile. «Me mantuve en forma, pero en casa, con el ballet online», apunta con cierta frustración. Un trabajo de investigación que ha podido plasmar en Arriaga, pieza que firma junto a Pino Alosa y Joaquín de Luz, y con la que se quiere transmitir las emociones de volver a escuchar, vibrar y disfrutar de la música a través del movimiento. Una obra que, como Afterlove, ha entrado en el repertorio de la CND y que ya ha podido verse en Granada y en los Veranos de la Villa de Madrid. En abril se volverá a presentar en los Teatros del Canal.

Tras el verano de 2020 llegó Fandangos y tonadillas, producción de la CND en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con coreografías de Mar Aguiló y Pau Arán (con la colaboración de los bailarines de la CND), Joaquín de Luz y Lluís Homar.

Actualmente Aguiló está centrada en Stella, pieza personal que levantará gracias a los dos meses de residencia artística en los Teatros del Canal. Trabaja con el compositor Aire, «un joven muy talentoso cuyo sonido conecta con mis movimientos», asegura.

Su entrega a la creación también pasa por ELAMOR, empresa que produce y acompaña iniciativas culturales. «Nuestro deseo es materializar ideas basadas en la investigación de la danza, las artes vivas y el performance, activando modos de creación desde un pensamiento crítico», subraya.