Sentemos las bases desde el principio: el pasado concierto de la Simfònica, aunque escuchado en streaming, fue uno de los mejores de los últimos tiempos, si nos atenemos a la calidad de las interpretaciones.
Por sobre todo el programa planeó la sombra del clasicismo, pues los tres compositores protagonistas fueron Mozart, Haydn y el menos conocido Mysliveček.
De este tercero, Mielgo y sus profesores nos acercaron a una de sus sinfonías, que resultó tener algunas ideas interesantes y que los intérpretes y director supieron mostrar con nitidez.
De Mozart, con un solista maduro, en estado de gracia, pudimos escuchar su Concierto número 3 para violín y orquesta, conocido como Concierto Estrasburgo. Aquí, todos, solista y miembros de la orquesta, rozaron la perfección. Es muy difícil haber escuchado en directo una versión tan nítida, fresca y musicalmente llena de matices de esa obra, una de las grandes del catálogo de conciertos para violín. García Fullana consiguió imantar todo el escenario y el vacío patio de butacas de un sonido Guarneri, que no hace más que aumentar el valor del instrumento que tutoriza. Con solistas como éste los Guarneri aumentan su valor, si cabe. Y la formación instrumental le siguió de muy cerca. Sin titubeos y con solvencia. Pura delicia, sin duda.
Y, para terminar, esa otra joya del clasicismo que es la Sinfonía 104 de Haydn, su última composición en ese apartado. Todo destacable, pero un ‘pelín’ por encima, la interpretación del Minuetto, de diez.
