Mallorca en siete ‘podcast’. El formato, un contenido de audio disponible a través de un archivo o en streaming, arrasa entre la audiencia joven por su frescura, variedad de temáticas y libertad creativa y de escucha

El podcast es información, entretenimiento, libertad editorial y creativa, un formato digital que gana adeptos día a día. De largas conversaciones entre amigos a pequeñas cápsulas para tomar entre tarea y tarea, de los temas más específicos a la divagación sobre las cuestiones más variopintas. Entrevistas, apoyo visual, música, ficción y realidad caben dentro de este formato que arrasa entre la audiencia joven y que abre las puertas a cualquiera que desee hacerse oír en la red.

Los mallorquines también se mueven con soltura en las plataformas que alojan podcast como Ivoox, Spotify o emisoras digitales como IB3música o Radio Primavera Sound en el caso de Març Llinàs. La voz de este guionista y podcaster afincado en Barcelona ha ido cambiando desde que comenzara a grabar Mòbil, cartera, claus, uno de los diez programas más escuchados de la plataforma. En él Llinàs explica su «tránsito con hormonas de mujer a hombre. Hay muchos vídeos sobre esto, pero están muy vinculados con el cuerpo, que son morbosos». Llinàs ha querido abordarlo desde otra perspectiva y aprovecha los cambios que se han producido en su voz, ahora mucho más grave que cuando empezó a emitir en febrero de 2020, para reflexionar sobre género, identidad y feminismo

«Algo que me ha sorprendido es que tengo más oyentes cis que trans», dice Llinàs, y anuncia que el podcast será subtitulado al castellano para tener más alcance. El formato le ofrece «voz, discurso y también música que me parece muy chulo para expresar sentimientos y emociones. Llinàs ha optado por condensar en pequeñas dosis de entre siete y quince minutos las entradas de esta suerte de diario de transición yendo «de lo personal a lo universal». Como creador opina que el podcast tiene la ventaja de «ser barato y accesible. Yo empecé haciéndolo en mi casa. Puedes combinar humor, ficción… es infinito a nivel de posibilidades y agradecido a la hora de consumir».

Júlia Mérida ha estrenado esta misma semana su podcast Pati de butaques (Ivoox). Su idea es hablar sobre música clásica desde una perspectiva crítica «desde el margen, desmitificando a los compositores tótem». De hecho, el capítulo piloto, Un senyor (molt malsofrit), está dedicado a Beethoven. «Con pocos medios, cualquiera puede hacer un podcast. Hay gente que comunica muy bien y también es una buena herramienta educativa», explica esta musicóloga. Desde Pati de butaques, Mérida también quiere abordar cuestiones como la formación musical reglada y todas las presiones que se ejercen sobre los estudiantes. «Hablaré del Conservatorio, del canon, de cuánto cuesta estrenar una obra y, también, de gente de aquí que dirige y compone».

Un mallorquín, Guillem Miró; un catalán, Rubén Prieto; y un vasco Beñat Revuelta, practican humor metafísico en el podcast El Renacimiento, (Youtube, Ivoox y Twitch) que ya va por la cuarta temporada . «Hacemos humor de cuestiones supuestamente trascendentes o fingimos que sabemos mucho sobre un tema», explica Guillem Miró. Se incluyen también entrevistas a artistas o cineastas que admiran. Miró, Prieto y Revuelta, que se conocieron estudiando cine, incluyen el vídeo en sus programas: «Dominamos el guión y la imagen, grabamos con tres cámaras profesionales, lo editamos y tratamos». Dice Miró que han optado por un programa de larga duración, de entre 40 y 60 minutos, algo que no les facilita aumentar su audiencia aunque subraya que tienen «un público fiel», dice. «La gracia es que tenemos una visión muy diferente del mundo. Nuestro humor y nuestro sarcasmo no sería bienvenido en otros formatos. Hemos abierto una ventana para ver lo que a nosotros nos gustaría. Decimos todo lo que pensamos y sentimos. También ha servido como caballo de Troya para conocer a gente que admiramos como Isabel Coixet que estuvo en el programa». Miró matiza sin embargo que «la libertad absoluta no la tenemos porque Youtube y Twitch tienen palabras clave, que si las dices, te restan audiencia», lamenta. Sin embargo, Miró apuesta firmemente por el formato, por la variedad de temáticas que pueden encontrarse y por ser más preciso que los medios generalistas: «La gente debería apagar la televisión tradicional y dejar ese entretenimiento mainstream que produce angustia, casi todo está pensando para el gran público, no se profundiza y solo es posible el humor blanco».

Uno de esos infinitos temas posibles podría ser el de las relaciones entre la música y creación contemporánea. Pilar Rubí, periodista cultural, comisaria y docente, conduce TRA TЯRA (Ib3música), un espacio sonoro en el que se detiene a señalar esas conexiones: «Ha ido de lo más evidente, artistas que han creado portadas para grupos, pero las relaciones son infinitas y es un mundo a explorar». Rubí coincide con otros podcasters en que el formato ofrece libertad, «no estás sujeto a una línea editorial, es muy creativo, no hay limitación de tiempo te puedes extender en la música y el discurso. Puedes crear sonidos, hacer entrevistas». Apunta además que «en mi caso la parte visual es importante, tengo alojadas las imágenes de las obras en el mismo enlace». Los oyentes tienen la libertad de escucharlo cuando quieran, «son más inmediatos, de una gran especialización, con temas que a lo mejor no tienen cabida en la radio convencional». 

Inès Mateu ha dado el salto de la radio tradicional al formato podcast, una maniobra que ya tenía pensado ejecutar cuando comenzaron las emisiones de Polo de llet en Ona Mediterrània, programa dedicado a la generación millennial. Aunque no faltan los referentes culturales comunes: series de televisión, películas, las verbenas, Mateu va un poco más allá y busca mostrar qué están haciendo hoy los millennials o qué dificultades encuentra la mujer de esa generación a la hora de profesionalizarse: «Los millennials tienen mucho que contar, no estamos perdidos», asevera. «Me he dado cuenta de que había un nicho cuando he empezado a realizar el programa a nivel local y con una identidad tan propia. El concepto cultural es tan claro y sencillo, son las conversaciones que tendríamos en una cena con amigos. La naturalidad es la clave del éxito», opina. Cree que las plataformas están siendo fundamentales para difundir su trabajo, «un proyecto en catalán de divulgación y entretenimiento». Del formato valora el feedback del público, la frescura, el dinamismo y el poder incluir también el vídeo al tiempo que se combina con las redes sociales. 

Miguel Sureda y Tolo Nadal encontraron durante el confinamiento el tiempo que antes les había faltado para proyectar un podcast sobre el RCD Mallorca, Birmingham 99. Después de diversas pruebas el programa se hizo realidad el pasado mes de enero cuando comenzó a alojarse en Ivoox: «A los dos nos gusta mucho el Mallorca», dice Tolo Nadal y explica que cuelgan dos episodios cada semana: el lunes comentando el partido y el jueves tratando otros temas más atemporales, nostálgicos o históricos también: «Mezclamos el Mallorca con la música, comparamos a los jugadores con héroes de Marvel o imaginamos qué futbolistas podrían formar una boy band». Su fórmula está teniendo éxito puesto que han llegado a los 1.200 oyentes. Dice Nadal que el podcast es un formato muy cercano «que te permite establecer relación con quien te escucha, un espacio para tratar en profundidad lo que no tendría cabida en una emisora convencional. Lo único que te hace falta son ganas y dedicarle tiempo. Lo haces desde tu casa con una conexión a internet, unos cascos y un micro. Hago lo que me gusta y digo lo que quiero», concluye. 

Después de ocho años en Ib3 Ràdio en el programa Gabinet de Crisi, Felip Palou se ha introducido en el terreno podcast a raíz de cursar un máster en periodismo digital. «Me he reciclado, me he hecho podcaster», dice este profesional que durante el confinamiento emitió Estimats compatriotes desde su casa. Actualmente conduce para Salut Mental el programa LaQuartaM (Ivoox). «Es una buena herramienta para combatir la saturación de imágenes. Desde mi punto de vista como investigador de la comunicación, el ojo lo tenemos sobresaturado. Escuchar para recibir información es muy tradicional porque no deja de venir de la radio, pero con las ventajas de las nuevas tecnologías. En los quince minutos que duran los episodios de LaQuartaM «intentamos explicar y hablar del estigma de la salud mental, potenciamos el sentido del oído y damos el máximo de información sonora y el poder sanador de la música. Intento comunicar desde los sonidos de manera más íntima e individual». Pese a la irrupción de este nuevo formato Palou cree que la radio como medio analógico «está resistiendo la embestida digital». Del podcast valora la libertad para escoger y estructurar los contenidos, la experimentación, posibilitar la participación de la audiencia y compartir. «Poder monitorizar a la gente a la que le gusta o el número de suscriptores tiene su parte negativa porque la dependencia absoluta del clic no es buena», reflexiona.