El Institut d’Estudis Baleàrics (IEB) suma descontentos con su política de subvenciones, ya que ha otorgado sus nuevas ayudas para paliar la crisis en la cultura a catedráticos y profesores titulares de la Universitat y a un empleado del propio IEB en detrimento de otros investigadores con menos recursos para realizar esta labor. Varios afectados denuncian la «falta de ética» en la adjudicación de la convocatoria dotada con 200.000 euros para una veintena de proyectos (cada uno obtiene 10.000 euros), porque en teoría su finalidad era ayudar con urgencia al sector cultural a sobrellevar la crisis, tal como detallan las bases en su introducción.

Sin embargo, critican entre otras cosas que «la puntuación no ha baremado el nivel económico ni las bases limitaban el acceso a determinados investigadores, a diferencia de lo que ha hecho el Consell recientemente con otro concurso, donde prohibía que se presentasen profesores universitarios». También «chirría» que un funcionario del Institut d’Estudis Baleàrics haya sido uno de los 20 adjudicatarios, destacan. Creen que los 55 aspirantes a redactar un proyecto con los 10.000 euros del instituto, «un caramelo goloso», no han participado «en igualdad de condiciones».

Es la primera vez que el IEB, dependiente del Govern balear, presenta esta convocatoria de subvenciones «para proyectos de investigación en humanidades y cultura vinculados con las islas». Los participantes tuvieron que presentar un avance del trabajo de una veintena de páginas y los ganadores tienen un año para completarlo en 120 páginas, que después pueden publicar con el único requisito de incluir el sello del Institut d’Estudis Baleàrics. Las propuestas son muy variadas dentro del ámbito de la historia, el arte, la fotografía, el patrimonio, la identidad cultural e incluso la economía. Es el caso curioso del proyecto presentado por Carles Manera, consejero del Banco de España y exconseller de Economía del Pacto, que también optó a la subvención, pero no se la han otorgado porque «no ha presentado la documentación requerida dentro de plazo», según señala el BOIB del día 19 sobre El desafío turístico en un mundo globalizado. Balears como laboratorio esencial. Una perspectiva desde la historia económica.

Informe

El IEB pidió un informe jurídico cuando vio que uno de sus trabajadores concurría a las ayudas para investigación. «Ese informe concluía que ni se incumplía la ley de subvenciones, tampoco la de incompatibilidades ni los principios éticos del personal al servicio de las administraciones públicas», explicaron desde la institución a este diario. «Además, el trabajador incluyó en la solicitud una declaración responsable donde decía que no incurría en ningún tipo de incompatibilidad para percibir la ayuda», señalan. «Las funciones que desempeña esta persona en el IEB no guardan ninguna relación con los procedimientos de tramitación de ninguna subvención y mucho menos en la valoración y posterior concesión de las subvenciones». «Además, hay que añadir que en la comisión de evaluación no hay ningún trabajador del IEB puntuando, el jurado es todo externo», puntualizan. «No hay nada jurídico que impida que esta persona no pueda concurrir», concluyen.