El pasado septiembre, Maria del Mar Bonet se instaló en el teatro Micalet, de Valencia, para grabar un disco rico en material inédito: Maria del Mar Bonet amb Borja Penalba, mano a mano con el guitarrista y cantante (y con el percusionista Antonio Sánchez), que este domingo se despliega en el teatro Joventut, de L’Hospitalet, dentro de Barnasants.

En sus ya más de 50 años de carrera no ha abusado de los álbumes en directo. Este es tan solo el cuarto, tras ‘A l’Olympia’ (1975), el doble ‘El cor del temps’ (1997) y ‘Raixa’ (2001). ¿No es su tipo de disco predilecto?

Nunca me ha gustado especialmente hacer discos en directo, porque cuando estoy en el escenario debo estar muy pendiente de la grabación. Pero en este caso me pareció bien, porque, si no, a este proyecto le costaba arrancar. Y en Valencia hay la luz y la calidez que buscaba. Era como estar en casa.

Grabar un disco en directo en plena pandemia, ¿es un acto de valentía?

Más bien de confianza en que iba a quedar bien, y un reflejo de las ganas que teníamos de hacerlo. Incluso estando yo en casa, cuando canto es como darle una patada a la pandemia. Este disco lo es. Podríamos haber dado marcha atrás, pero no nos lo planteamos, porque estamos locos y le ponemos pasión.

¿Qué representa Borja Penalba en su mundo de artista?

En 2013 buscaba un guitarrista y durante un tiempo él fue un acompañante, pero poco a poco se convirtió en otra cosa, involucrándose mucho más. Hemos ido creciendo.

A veces se tiene de usted una imagen de diva o de artista elevada del nivel terrestre, cuando, de su generación de la ‘cançó’, es la que más discos ha compartido nominalmente (también con Pi de la Serra, Al Tall y Manel Camp) y la que con más músicos, y más diversos, ha colaborado.

Sí, es gracioso. Pero yo no me siento nada diva. Para mí, la diva representa alfombras rojas, abrigos de piel y nubes de paparazzi, cosas que no tienen nada que ver con el hecho de cantar.

Es sorprendente la historia de ‘Jo d’aquesta cançó en dic Ripoll’: un texto que Pere Quart que le dedicó en los 70 y que había mantenido bajo llave todos estos años.

El origen es un recital que di en Ripoll y al que asistió Pere Quart. Recuerdo que se emocionó mucho, y un tiempo después me entregó este poema. Al leerlo me quedé de piedra, y lo guardé como un tesoro. Era un poema de amor… Algo totalmente platónico. Creo que alguien le chivó a Borja esta historia, y él fue a buscarlo dentro de una antología de Pere Quart que yo tenía. Me dio una buena sorpresa.

Canta ‘Podries’, un texto de Joana Raspall que Juan Valderrama adaptó en su álbum ‘Mujeres de carne y verso’ (2019), donde la interpretó con usted. Da la impresión de que ha surgido una conexión fuerte entre ambos.

Sí, su disco es espectacular. Juan me dijo que este tema tenía que cantarlo yo, porque su padre, Juanito Valderrama, le había dicho que yo era «la dama de la canción catalana». Me hizo mucha gracia. Yo le admiraba mucho, aunque el suyo y el mío eran como mundos separados.

En apoyo a Jordi Cuixart

Maria del Mar Bonet y Borja Penalva ofrecieron una actuación el pasado viernes en la plaza del Rey de Barcelona, en el transcurso de un acto organizado por Òmnium Cultural para recibir a su presidente Jordi Cuixart, junto a otros «represaliados anónimos» por el ‘procés’, tras abandonar la prisión de Lledoners con el tercer grado penitenciario.