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Sergio Llopis: «Hubo momentos en la pandemia en los que me cuestioné si seguir o no»

Highlands Project, la banda de jazz que lidera el pianista palmesano, publica ‘Keepin’On’, un disco marcado por contratiempos personales

A la derecha, Sergio Llopisdurante un concierto; abajo, portada del nuevo disco de Highlands Project.

Sergio Llopis (Palma, 1991), uno de los músicos más prolíficos, interesantes y agradecidos de la escena mallorquina, está de estreno tras un año difícil. El próximo 1 de febrero se podrá escuchar en plataformas digitales el nuevo disco de la banda que lidera, Highlands Project, y el 9 del mismo mes la citada formación lo presentará en directo en el Teatre Principal. El título del álbum, Keepin’On, no es casual. «Sigue adelante» es la máxima que se aplica desde 2020, cuando tuvo a su hijo gravemente enfermo. «Hubo momentos durante la pandemia en los que me cuestioné si seguir con el disco o no. Todo iba a la pata coja», confiesa. La constancia y el tesón se impuso. El resultado final es el álbum «más maduro» de un grupo, integrado por diez músicos, que ha alcanzado «el sonido con el que nos sentimos más identificados que nunca», con el jazz, como base, fusionándose con el rock, el funk, el soul o el rythm&blues. La totalidad del dinero recaudado irá destinado al Servicio de Cirugía Cardíaca y Cardiología Pediátrica del Hospital Vall d’Hebron. Una acción plausible, como sus canciones.

Todo iba sobre ruedas, con Highlands Project metido en una gira que les llevó por tres ciudades rusas y Portugal, y con Egipto en la agenda, cuando irrumpió la Covid. El coronavirus y los citados problemas familiares lo alteraron todo pero el empeño del grupo dio sus frutos y acabó por firmar un trabajo (grabado en Alquimia Records por Jordi Tugores) del que todos, los nueve músicos que lo registraron, se sienten orgullosos. «Keepin’On es nuestro cuarto disco pero es el primero de la banda, en el sentido de cada uno de nosotros ha aportado su granito de arena. Todos hemos sido miniproductores del disco. El 70 por ciento de los temas los he compuesto yo, pero por primera vez hay composiciones de otros miembros», señala el también pianista y arreglista. Democratizar un grupo con tantos instrumentistas no es un ejercicio sencillo. «A veces sí que resulta complicado ponerse de acuerdo. Son unos musicazos y cada uno tiene su opinión. En ocasiones hay que saber decidir», afirma.

A lo largo de su trayectoria, iniciada en 2013, Highlands Project ha sido una especie de «escuela», en la que todos aprendían de los demás. «No estamos en esto para ganar dinero. Una banda de diez músicos no es nada rentable. Somos diez tíos que nos movemos por amor a la música. Y vamos mejorando, juntos», subraya. De los padres fundadores quedan Llopis y Juanjo Amengual, el bajista. La formación se completa con dos guitarras, las de Jordi Tugores y Joan Colom, el saxofonista Thomas Fontin, el trombón de Xema Borràs, la trompeta de Guillem Nadal, la percusión de Rogerio Santos y la batería de Teo Salvà. La última incorporación ha sido la de Gori Matas, teclista como Llopis. «Quise darle al disco un color diferente, más producido, con más teclados y sintetizadores, algo que en el directo, siendo yo solo, me era imposible», explica.

Keepin’On es el cuarto trabajo de Highlands Project, que se estrenó en 2015 con Skalanes, un álbum que «marcó la diferencia» y llegó a encabezar las listas de jazz de iTunes en España. Su trabajo más reciente hasta la fecha era Voiceover Vol. 1, en el que participaron diferentes vocalistas, como Mary Lambourne, Júlia Colom o Paco Colombàs, entre otros. «Siempre me han gustado las colaboraciones. En ese disco llegamos a ser 22 músicos. Pero lo que perseguía con Keepin’On era un disco que describiera nuestro sonido, nuestra identidad».

El grupo Highlands Project está formado actualmente por diez grandes instrumentistas.

Para Llopis, metido en el oficio de músico desde los 13 años, la escena del jazz en Mallorca atraviesa un buen momento, con matices. «Actualmente hay muchos músicos de jazz en la isla, por el Conservatorio, con sus estudios, y también quizá porque la música es más asequible que nunca», comenta. No todo es un jardín de rosas, y Llopis define como «un auténtico palo» el adiós a los conciertos en el hotel Saratoga. «Sigo sin creérmelo. Fueron muchos los grandes momentos que viví allí arriba, viendo a mis amigos lo que tocaban y encontrando la inspiración».

Hijo de pianista, Llopis se formó como pianista clásico. A los 17 años fue aceptado en la Universidad de Salford, donde estudió Música Popular y Grabación y se graduó con Honores de Primera Clase. Mientras vivía en Manchester logró tocar en todo el Reino Unido con diferentes bandas como Salford’s University Big Band, Missed you at the Show y otros grupos de jazz y de rock.

Desde 2015 combina su militancia en Highlands Project con sus trabajos como compositor para documentales, cortometrajes y videojuegos, además de colaboraciones con otros músicos, como Luis Alberto Segura, el líder de L.A., con el que ha vuelto a trabajar en su esperado Evergreen Oak. «Con Luis he aprendido mucho, de música y de la vida. Es un tío con mucho bagaje, con mucho conocimiento, sabe lo que quiere y lo consigue. Tiene mucho gusto a la hora de crear, además de una manera de cantar muy suya. Es un musico diferente. Cuando me propuso estar en el proyecto de su nuevo disco quedé encantando. No dejamos de hablar de naturaleza, de folk, que es de lo que va el álbum. Un disco muy casero, y precioso».

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