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Música | Crítica en 'streaming'

Esperemos que no sea una forma habitual de escuchar los conciertos de nuestra Simfònica, ahora bien, mientras dure esta situación extraña (ya no tanto, tristemente), de no poder asistir cómo desearíamos a los conciertos en vivo, bien vale una sesión vía streaming, es decir, retransmitida a través de las plataformas digitales como Facebook o Youtube.

Por este sistema pudimos escuchar y ver, el pasado sábado, el octavo concierto de abono de la Orquestra, que además se repitió el domingo, siempre de forma gratuita, con lo que seguramente tuvo más audiencia de lo normal (¿normal? ¿Qué es normal, hoy?).

Aparte de las interpretaciones instrumentales, la sesión contó además con aportaciones hechas por el titular de la formación, Pablo Mielgo.

Como solista, un fuera de serie de la propia orquesta: Carlos Fortea, de quien hemos hecho comentarios en anteriores escritos, siempre elogiosos. Fortea es un gran solista, consigue del oboe un sonido aterciopelado muy grato y además supera con creces las dificultades técnicas de cualquier partitura, como es el caso de la que nos ocupa: el Concierto de Martinu, una pieza de repertorio habitual de los grandes oboístas.

Pero eso no fue todo, el resto del programa, con obras de estilo impresionista (Le Tombeau de Coupèrin de Ravel), del romanticismo tardío (Fauré y su Masques et Bergamasques) y del neo-romantisimo (Jeu de Cartes de Stravinsky), todas ellas ofrecidas con profesionalidad y buen hacer.

Programa curioso, sin duda, por las partituras, pero también por esa manera de darlas a conocer: vía internet.

Vale la pena indicar la calidad tanto de la imagen como del sonido. Realmente se consiguió un muy alto nivel de calidad.

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