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Damià Timoner: «En los momentos más tristes y melancólicos, los artistas sacamos lo mejor que llevamos dentro»

El guitarrista de Manacor celebra sus treinta años como músico profesional con un nuevo disco de temas de The Grateful Dead

Damià Timoner con su guitarra, el instrumento que siempre le acompaña.

Treinta años haciendo música.

En efecto. Y han pasado volando.

Será porque ha hecho muchas cosas y no ha tenido tiempo de aburrirse.

Seguramente. Cuando miro hacia atrás y veo mi trayectoria, puedo decir que con el tiempo he ido sumando, creciendo, eso sí, sin dejar nunca de aprender. Aún hoy me considero un estudiante, uno que aprende componiendo. Hace treinta años, cuando empecé a componer con una guitarra, no sabía nada del oficio, aprendía sobre la marcha a través de escuchar mucha música que me ayudaba a sacar lo que llevaba dentro.

¿Cuál ha sido su característica durante estos años? ¿Qué palabra define su trayectoria?

La constancia. Ella ha hecho que hay podido sacar algún provecho de mis estudios i aptitudes.

Manacor es tierra de guitarristas.

Quizás sea porque el aire del levante mallorquín es apto para ese instrumento (ríe). De todas maneras, creo que ha sido porque algunos músicos nos hemos dedicado a enseñar lo que sabemos hacer con ese instrumento y hemos ayudado a crear cierta escuela guitarrística. Muchos de los alumnos que tuve durante los veinte años que me dediqué a la docencia, ahora destacan en el campo de la guitarra, bien sea española, eléctrica, acústica…

Háblenos de su último disco Jerry’s Smilin’. A guitar tribute to The Grateful Dead.

Se trata de un disco dedicado a esa banda de rock norteamericana y que he editado con una discográfica de Estados Unidos, aunque también se puede encontrar en las plataformas digitales. 

¿Son todo versiones de canciones del grupo?

Sí, una especia de homenaje a través de la interpretación intimista de sus temas. De hecho, he intentado que sonaran músicas de todas las etapas por las que pasó Grateful Dead desde 1965 a 1995, años en los que se mantuvo activo como grupo estable.

¿Están todas las canciones del disco compuestas por Jerry García?

Si bien él era el mayor compositor de la banda, en el disco he incorporado canciones de otros miembros como del teclista Brent Mydland.

Según tengo entendido, Grateful Dead ha sabido de la existencia de este disco.

Sí, y la verdad es que también me han llegado críticas de revistas especializadas y comentarios de seguidores del grupo. En muchas de las opiniones se destaca el hecho de haber sabido traspasar esa música a un instrumento de cuerdas de nailon. Pensemos que en Estados Unidos la mayoría de guitarras son acústicas, con cuerdas de metal.

¿Cómo nació la idea de ese trabajo discográfico?

Resulta que hace unos años y a través de su página web lanzaron un reto: que artistas de todo el mundo les mandaran vídeos con algunos covers de sus canciones. Yo les mandé uno. Les gustó y lo incluyeron como previo a una sesión de cine en la que se mostraba un concierto inédito del grupo. Se pudo ver en salas de cine de todo el país. A partir de aquí empezó una relación con su agente que, con los años, ha fructificado en ese disco, que salió hace unos meses.

También hizo, en streaming y para una radio americana, un recital con piezas del disco.

Sí, fue en octubre. La verdad es que ha tenido muy buena acogida. Hasta el día de hoy, lleva más de veinte mil reproducciones. Se puede encontrar por internet.

¿Qué tienen las canciones de Grateful Dead que le seducen tanto?

 Hace más de veinte años cayeron en mis manos algunos comentarios sobre el grupo y también dos discos de vinilo que me interesaron mucho. Realmente se trata de un grupo nada convencional, diferente, único. Alguien dijo una frase que se hizo famosa en su tiempo: «No hay nada igual a un concierto de Grateful Dead». En Estados Unidos son una institución. 

¿Cómo ha sido para un músico como usted esta época de la pandemia?

 Ha sido muy duro, es muy duro. No solamente para mí sino también para todos los artistas. Los músicos componemos para poder mostrar lo que hacemos y al no poder tener contacto con el público, la cosa no funciona igual. Ahora bien, es en esos momentos más tristes y melancólicos cuando los artistas sacamos lo mejor que llevamos dentro. Mi vida es tocar la guitarra, la necesito como el respirar o el comer. Tocar la guitarra es una necesidad vital.

Portada del disco de Timoner.

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