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Nuevas voces de la poesía en Mallorca

Marcadas por la precariedad y la dependencia de los premios y otros trabajos

Carla Nyman.

Ser escritora joven significa dos cosas: precariedad y dependencia. La mayoría necesita los premios y trabajos complementarios para poder seguir escribiendo, aunque sea en sus ratos libres. La realidad es dura porque muy pocas autoras viven de sus libros. El caso de Carla Nyman y Laura Torres es un ejemplo claro. Nyman ganó, en 2020, dos premios de gran reconocimiento: el premio Valparaíso de poesía y el premio Gloria Fuertes de Poesía Joven. Torres, por su parte, fue galardonada con el Art Jove de Poesia Salvador Iborra. Ambas conversan con DIARIO de MALLORCA sobre la situación de la poesía en Balears.

Carla Nyman explica que ser escritora joven significa tener la posibilidad de estar a caballo entre varias generaciones, «la que ya está asentada y la que vendrá», y tener unas características comunes. Laura Torres, en cambio, dice no saber definir qué es una poeta joven porque viene de las artes visuales: «Lo de joven me recuerda a esa eterna idea de la juventud como algo emergente cuando puede que solo sea una manera de esconder la falta de apoyo y recorrido de estos autores. Yo he llegado hace muy poco a la poesía y no conozco muy bien el mundo editorial porque mis dos publicaciones han sido a raíz de los premios, pero creo que es una forma de esconder la precariedad que afecta a los creadores jóvenes y a la cultura en general».

Nyman introduce un elemento clave, y que supone una diferencia entre ambas escritoras: las redes sociales. «Las uso para conectar con mis lectoras y se genera un diálogo muy nutritivo y sano. Las redes sociales han supuesto un avance para la poesía porque se han convertido en una plataforma que sirve como trampolín y escaparate», dice la poeta. Laura Torres confiesa que no usa las redes, solo Facebook y de manera puntual: «Seguramente sean importantes, pero en mi caso tengo la sensación de que me quitan tiempo para otros trabajos. Yo soy artista visual y he escrito algunos poemarios, así que necesito tiempo para poder dedicarme a crear. Es verdad que Facebook, por ejemplo, me ayuda a seguir conectada con la realidad y también para avisar si hago alguna exposición o tengo alguna noticia relevante».

Los premios han sido una ayuda muy importante en sus carreras. Nyman explica que estos también son un escaparate «para enseñar a la gente lo que haces y que te conozcan» e indaga sobre la situación precaria de la poesía: «Son tan importantes porque visibilizan el trabajo de los autores jóvenes y te sirven para seguir adelante porque ves que se reconoce lo que haces. Aunque a veces la promoción de las redes sociales puede ser más beneficiosa que un premio». Torres añade que los premios aportan una ayuda económica y una visibilidad que, teniendo en cuenta la situación precaria, son fundamentales: «Lo malo es esta dependencia de los premios si quieres vivir de ello. Las ayudas condicionan a los autores porque les permiten seguir creando».

Las dos poetas coinciden en la importancia de los medios tradicionales a la hora de darse a conocer. Nyman, por ejemplo, argumenta que las publicaciones en periódicos son mucho más contemplativas y extensas: «Se hace una exploración más exhaustiva de tu obra. Las redes son más efímeras». También confiesan que Mallorca les ha influido mucho en su obra, y Nyman añade: «Ahora que vivo en Madrid me doy cuenta de cuánto la echo de menos. Hasta que no te vas no eres consciente de esto».

Laura Torres.

Laura Torres cuenta que ella siempre ha tenido que buscar otros trabajos para poder sobrevivir porque, de momento, no se plantea vivir solo de su obra. «No sé muy bien cómo funciona el mundo del escritor porque no me dedico solo a eso, pero supongo que hay fórmulas como colaboraciones con medios o la docencia, por ejemplo. No todo es vender libros, supongo», matiza Torres. Nyman, además, lamenta que la poesía sea tan precaria: «No tienes unos ingresos estables sino que dependes del momento que vives. Hay épocas buenas, otras no tanto. Los golpes de suerte también influyen. Al final hemos asumido que la creación siempre debe ir acompañada de otro oficio». Las dos poetas coinciden en la importancia de poder dedicar tiempo y recursos a la creación literaria, pero ven poco probable que la situación cambie.

En ese sentido, Nyman incide en que lo importante es vivir y experimentar: «Si has tenido una vida vacía es difícil escribir». Cree que todo suma en el proceso creativo, como sus trabajos de docencia en un colegio de Madrid y en la Universidad de Salamanca: «Son oportunidades que te ayudan a mejorar, aunque ojalá no los necesitará tanto para poder seguir escribiendo».Entre 40 participantes, consiguió ganar el Art Jove de Poesia Salvador Iborra.Se alzó el año pasado con dos premios importantes: el Valparaíso y el Gloria Fuertes de Poesía Joven.

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