Sexy Sadie tiene experiencia en esto de las reunificaciones. De manera puntual, la banda mallorquina regresa a los escenarios para actuar. En los últimos tiempos, desde que pisaran hace dos años el Festival Cranc de Menorca, lo están haciendo en formato de «big band». «Somos seis haciendo música de forma desprejuiciada», cuenta a este periódico el batería Toni Toledo. Estos días los componentes se dan cita en un local en Establiments para ponerse a punto y ensayar el concierto en homenaje a los 90 que está programado para el próximo día 30, en el antiguo Parc de Bombers de Palma, en el marco de las fiestas de Sant Sebastià, pero que podría anularse en las próximas horas a tenor de las nuevas restricciones. Si el Ayuntamiento aplaza finalmente las actuaciones y actividades ante el avance de la covid, confían en poder actuar antes de marzo.
En la sala de ensayo, Toledo, Jaime G. Soriano, Jaume Gost, Carlos Pilán, Pep Lluís Sampol y Jaume Torres mantienen las distancias. «Llevamos más de dos décadas siendo un grupo burbuja», bromean. Mientras se disponen a tocar Slow Down, un equipo de cámara y micro no pierde detalle: están grabando un documental sobre el grupo mallorquín.
La mitad de este concierto especial noventero estará protagonizado por repertorio propio de Sexy. El resto lo compondrán versiones. «Algunas de ellas ya las tocábamos y otras las estamos sacando estos días. Estamos disfrutando mucho en los ensayos porque nos hemos liberado de una carga, que era el estilo que se esperaba de nosotros», sostiene el batería. «Ya no vivimos las cosas de manera solemne ni nos ofendemos como antes cuando nos decimos las cosas, estamos divirtiéndonos de verdad», agrega. Avanza que interpretarán temas de Crudos, Cerebros Exprimidos y Frankenbooties, grupos de Mallorca que siempre han admirado. Y sobre las tablas no estarán solos. La big band crecerá con invitados como Maika Makovski, Toni Verd o Juanmi Bosch. «Y tendremos la colaboración virtual de John Tirado».
Para Toledo, en los 90 se era más amateur, «y nos gustaba serlo. Jugábamos a hacer la música que nos gustaba, sin más aspiraciones. Ahora todo el mundo es más profesional y todo es más competitivo y ambicioso -apunta-, la gente tiene más información y los artistas quieren destacar y ser los mejores».
