Charles Dickens publicó todas sus novelas -según el gusto de la época victoriana- por entregas. Dominaba el arte de conmover al público inglés, de ahí que este público esperase con impaciencia la aparición de la última entrega de una de sus historias. En consonancia con esta moda, comenzó a ser habitual a partir de 1830 que las sociedades culturales organizasen lecturas y recitales de textos literarios.

A Dickens se le encendió la bombilla y pensó que sería una buena idea realizar lecturas públicas de sus obras que le diesen fama y dinero. Pero no fue hasta diez años después, en 1856, cuando se decidió a poner en marcha esas lecturas. Era un buen actor teatral aficionado; él no leía como un escritor sino como un actor que se transmutaba en el mundo y el personaje que quería transmitir.

Si el escritor era ya un personaje famoso y popular por sus novelas por entregas, las lecturas aumentaron y expandieron esa fama, así como su bolsa. Cuentan que fue especialmente memorable su gira triunfal por EEUU, en 1867/68 en la que ganó lo que hoy serían varios millones de dólares por 76 actuaciones. Sólo en Nueva York asistieron a sus lecturas unas 40.000 personas.

Por supuesto era el propio Dickens el que remodelaba los textos de sus novelas, acortándolos y adaptándolos de manera que tuviesen entidad por sí mismos y gozasen del interés del publico oyente. Tomaba de sus novelas los capítulos que más conmovedores le parecían, a veces las resumía, quitaba lo que a su juicio les sobraba, eliminaba personajes y, en cambio, ampliaba otros. Lo hizo siempre con éxito.

Alba Editorial ha querido conmemorar el 150 aniversario del fallecimiento de Dickens con la edición en un volumen único de las principales adaptaciones de sus novelas para lecturas en público.

El volumen de Alba Editorial contiene 'El pequeño Dombey', adaptación de su novela 'Dombey e hijos'; las adaptaciones de 'La señora Gamp 'y de 'David Copperfield'y el texto 'Sikes y Nancy', una condensación de algunos de los sucesos mas dramáticos de 'Oliver Twist', lectura esta última en la que se volcaba con mayor ahínco.