La venta del hotel Formentor se ha vivido como una noticia triste entre una parte del sector cultural. Es el caso de la escritora mallorquina y académica de la lengua Carme Riera, quien publicó en 2009 un libro conmemorativo sobre los 80 años de un establecimiento legendario que acaba de ser adquirido por el fondo de inversión andorrano Emin Capital y que será reformado. «Por lo que he leído, hay dudas sobre este fondo y su presidente, ahora veremos si funciona la operación», advierte la autora de Formentor. La utopía posible.

«Esta venta me da mucha pena, es como si nos hubieran mutilado un trozo de Mallorca. Íntima y emocionalmente, este hotel tenía que ver mucho con la isla aunque poca gente pudiera permitirse una estancia en él. El Formentor era una referencia de una Mallorca a la que aspirábamos», considera.

«Este establecimiento formaba parte de una Mallorca con un turismo sostenible y estuvo relacionado con la cultura desde sus inicios, cuando Adan Diehl quería ofrecerlo a sus amigos artistas, y luego los Buades hicieron posibles las Conversaciones poéticas, con Cela, por supuesto, promoviéndolas», explica. «Con Barceló se convirtieron en un referente internacional popular. Y en toda esta historia, no hay que olvidar a la exconsellera de Cultura Bàrbara Galmés, quien tuvo la idea de recuperar los encuentros literarios», apunta la escritora, quien escéptica asegura que la «nueva propiedad seguro que va a ver todo esto de manera diferente. Four Seasons es una multinacional que no creo que se involucre para nada en estos aspectos que no tienen que ver con lo económico», considera.

Para Riera, son días tristes, «incluso me dan ganas de llorar. Creo que también las instituciones lo han permitido. A Barceló, que hacía bandera de la cultura, no le dejaron remodelar el hotel, y entiendo que se cansara. Y ahora hemos llegado a esto, cuando esas mismas instituciones sí han aprobado la reforma de los compradores. Qué rabia», abunda.

Desde el punto de vista literario, Riera apunta que en Formentor no sólo se produjeron las Conversaciones, sino que también se crearon los premios homónimos, que el año que viene cumplen 60 años. «No olvidemos nunca que esos galardones dieron a conocer a Borges mundialmente porque era un escritor oculto y de culto en aquel momento», indica.

«También pasaron por Formentor Churchill o Yasir Arafat, entre otros grandes dirigentes mundiales. Es un hotel mítico y lo dejamos perder. Pero estamos en otra tesitura, en otro mercado, con otros valores, que a mí, que soy antigua, me molestan mucho: el siglo XXI no va conmigo, de momento es un siglo nefasto».