Mujeres pintadas, mujeres pintoras. Sobre esta dicotomía pivota la exposición a partir de los fondos artísticos del Consell que hoy se abre al público en la capilla de la Misericòrdia. Una mirada que ha ejercido la historiadora del arte Francisca Lladó. «Pensé que el paisajismo era una temática que ya estaba muy vista y pensé en la mujer como hilo conductor, teniendo en cuenta el límite cronológico de la colección, que va de 1840 a 1936», explica la también comisaria.

La muestra recoge una gran variedad de estilos que va desde pinturas clasicistas y academicistas, como es el caso de las piezas de Agustí Buades, «hasta la temática del desnudo a través de un cuadro de Archie Gittes de reciente adquisición».

Lladó especifica que de las 175 obras catalogadas del Consell, «en esta muestra hay 16 pinturas con temática de mujeres representadas, nueve dibujos post mortem de Agustí Buades y tres cuadros ejecutados por mujeres pero que no son de temática femenina, pero sí corresponden a estilos de finales del XIX y del XX que estaban reservados a las mujeres; a saber, motivos florales o bodegones». En total, en toda la exposición hay cinco obras firmadas por pintoras. «Una proporción de mujeres en la colección del Consell que no está mal si atendemos a las épocas», dice la historiadora del arte. Son: Maria Weyler, Inés Flórez, Pilar Montaner, Clotilde P. Fibla y Elisabeth Ringer. Hay un retrato anónimo, donde se representa a Elena Sala, que podría de una mujer, «atendiendo a aquello que decía Virginia Woolf: anónimo muy a menudo era una mujer», señala la comisaria.

«La mujer siempre ha interesado como objeto artístico. Una situación inversamente proporcional a la formación que recibían las mujeres. En el XIX, tenían acceso a ella las que eran hijas de. Es el caso de Maria Weyler, la hija del general, que pintó mucha temática floral: crisantemos, pensamientos...», señala. En la exposición, otro de los cuadros ejecutados por una pintora es el de Alfonso XIII, firmado por Inés Flórez. «En general, se trataba de mujeres de un estamento social alto que recibían clases particulares en casa sobre asuntos femeninos».

En la muestra, se exhiben pinturas de tres artistas del siglo XX: una de ellas es de Pilar Montaner, en concreto, el retrato La española, donde se representa a Isabel Sans, hija de la escritora mallorquina Coloma Rosselló. «Pilar fue una mujer avanzada porque recibió clases en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid e iba a menudo al Prado a hacer copias». Un caso curioso es el de la húngara Elisabeth Ringer, que recaló en Mallorca a través del contacto que tuvo en Budapest con un sacerdote mallorquín que le dio a conocer a Costai Llobera. «Se estableció en El Terreno, escribía en La Almudaina y tradujo La isla de la calma al húngaro con dibujos», explica Lladó. «Esta pintora representó a mujeres trabajadoras, como la peixetera, una mujer rotunda y poco idealizada».

En el apartado de mujeres pintadas, hay retratos de reinas (Isabel II o la regente María Cristina), de la familia, escenas de ocio (como Después de la fiesta o Una mujer que lee de Anckermann) o un desnudo.

Para la comisaria, «es fundamental investigar y ahondar en el tema de la mujer en los museos, como ha hecho El Prado recientemente en una exposición, porque fue invisibilizada como artista, pero no se pueden aplicar los parámetros del siglo XXI al XX o al XIX», considera.la capilla reabre. Nueve meses después, este espacio ofrece una muestra con fondos del Consell. 1 Retrato anónimo. 2 Francisca Lladó, Bel Busquets y Maria Pastor, junto a un desnudo de Archie Gittes. 3 ‘La española’, de Pilar Montaner.4 Aina Frau, según Agustí Buades. F