Se le anuncia como «joven promesa» del jazz. ¿Se reconoce en esa etiqueta?
Lo de joven promesa es algo extraño, pero a mí no me importa. Como empecé muy pronto, hace ya diez años, siempre se me ha adjuntado esta imagen de juventud. Ahora ya pertenezco a otra generación: tengo 25 años y he sido madre recientemente.
Ser madre habrá alterado su agenda, ¿tanto como la pandemia?
Ser madre, de momento, no ha cambiado mucho mi trabajo. Lo que sí me ha afectado ha sido el coronavirus, he perdido una abuela, y por la situación que vivimos no he podido trabajar mucho. El confinamiento me sentó muy bien. Pude estar tranquila, en familia. Hace solo dos meses que nació mi primer hijo, y poco a poco me voy introduciendo de nuevo en los conciertos. Me hace mucha ilusión viajar con mi bebé y mi compañero. Es una gran suerte estar rodeada de los míos. El de Manacor será mi tercer concierto como mamá.
«Mi primer hijo, que nació hace dos meses, ya se ha acostumbrado a la música, le relaja»
¿Cómo reacciona su hijo ante la música?
Está acostumbrado a la música. Su papá también es músico, violinista, estuvo el año pasado conmigo presentando mi último disco. Cada día ensaya por las mañanas en casa y al bebé se le ve muy relajado.
¿Es más fácil ponerle nombre a un hijo o elegir un repertorio?
Ninguna de las dos son fáciles pero yo soy muy espontánea. Mi hijo se llama Cel, nombre que decidimos al tercer mes de embarazo. Salió ese nombre, pensando en el de Marcel, y ahí se quedó. Con los repertorios hago igual, pim pam y ya está.
¿Sigue estudiando?
Sí, pero por mi cuenta. El ESMUC (Escola de Música Superior de Catalunya) ya lo dejé. Estuve un año y medio, nunca acabé, es muy amplio lo que se toca en este centro y como estaba en un momento muy potente de trabajo necesitaba centrarme. También exploto otra faceta necesaria para un músico, que es escuchar música. Ahora que hay menos trabajo tengo más tiempo para eso.
¿Sus sesiones de escucha se limitan al jazz?
Básicamente escucho jazz, me gustan mucho Freddie Hubbard y Tom Harrell, pero también clásica, a veces me pongo a Debussy, y algún que otro grupo pop, como Earth, Wind & Fire. Antes se escuchaba más música, ahora todo es más vertiginoso y se consume más que se escucha. Por suerte quedan los conciertos en directo, que preservan un poco esa costumbre, ya que con ellos uno se sienta a escuchar. A la música hay que prestarle atención. A mí me encanta escuchar de arriba a abajo una canción, tal y como la pensó el artista para ti.
Su carrera ha estado muy ligada a Mallorca, son habituales sus actuaciones en la isla y se nota que el público le quiere.
Me encanta venir a Mallorca. De hecho esta vez vengo unos días antes del concierto de Manacor. Quiero pasar unos días con mis tíos, que viven en Alaró. Disfrutaremos de las excursiones y el deporte.
«En verano giraré con un proyecto de swing y jazz con Randy Greer (nieto de Duke Ellington)»
¿Qué presentará en Manacor, en el cierre del Jazz Voyeur?
Vengo con un trío, con una formación con la que ya he actuado otras veces en Mallorca. Es un formato que permite conciertos más íntimos. Interpretaremos canciones más funk, baladas, composiciones originales nuevas y adaptaremos temas que hacemos con el quinteto. No faltará el repertorio brasileño, el de Do outro lado do Azul, un disco de cuya gira guardo muy buenos recuerdos. El quinteto me encanta, porque la batería me ayuda bastante para improvisar con la trompeta pero lo bonito del trío es que se escuchan todos los matices y detalles. El trío es un reto, exige compenetrarse muy bien pero queda muy suave y delicado.
¿Qué puede adelantar de esas composiciones nuevas que ha citado?
Estamos trabajando en nuevos proyectos. Tengo uno de canciones originales pero en principio no lo sacaremos en 2021. Lo vamos rodando en los conciertos pero de momento no lo explotaremos. Lo que sí haremos es un proyecto centrado en el swing tradicional y el jazz con el cantante americano afincado en Valencia Randy Greer (nieto de Duke Ellington). La intención es girarlo durante el verano. Por cierto, Randy Greer ha sacado un disco buenísimo de villancicos con el trío del pianista Ignasi Terraza, y en el cual participo.
Su producción contempla ocho trabajos discográficos y cerca de una treintena de colaboraciones, la última, con Els Amics de les Arts.
Fueron ellos quienes me invitaron a su concierto, en el Teatre Grec. Fue una colaboración sorpresa. No me gusta repertirme. Quiero cambiar con cada proyecto, aunque no sea propio.
