Diario de Mallorca

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Crítica de música

Todas las tardes del mundo

Jordi Savall i trio instrumental Palau de Congressos de Palma

***** Obras del Barroc Francès

La película Tous les matins du monde es siempre recomendable, treinta años después de su estreno, en 1991 y con Gerard Depardieu en el rol del joven Marin Marais y Jean-Pierre Marielle en el del ya envejecido Saint-Colombe, dos compositores que mantuvieron una relación de profesor y alumno y habitaron los palacios de la corte del Rey Sol, junto a Jean Babtiste Lully.

Pues bien, Jordi Savall, puso la banda sonora del film que consiguió escalar a los primeros puestos de discos más vendidos de música clásica de su época. Una banda sonora deliciosa, formada por fragmentos de obras de los ya citados músicos junto a otras composiciones de François Couperin.

Para cerrar la temporada del Festival de Música Clássica d’Hivern, que organiza desde hace veinticinco años Euroclassics, Jordi Savall, junto a otros tres conocidos especialistas en el barroco como Philippe Pierlot, Xavier Díaz-Latorre y Dani Espasa ofrecieron un recital con algunas de las partituras que aparecen en la película y otras del mismo periodo.

La interpretación, como era de esperar, fue del todo sublime. Ya desde el primer momento, con una versión camerística de Marche pour la cérémonie des turcs de Lully, los cuatro instrumentistas mostraron sus credenciales, como solistas y como grupo estable. A partir de ese instante, todo fue cuesta arriba: sonidos deliciosos, ensamblajes únicos, afinación perfecta, musicalidad máxima y una exquisitez sonora de diez. Todo, todo fue perfecto. Savall es un gran músico, o mejor, un enorme músico, pero además tiene esa capacidad que pocos tienen: saber elegir sus compañeros de viaje musical, que están a su misma altura.

Tarde deliciosa que nos hizo viajar, musicalmente, a la Francia del siglo XVII, aunque con un decorado del XXI, el Palacio de Congresos, un espacio en el que la acústica brilla por su ausencia. Pero ese es otro tema.

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