El Centro de Investigación y Cultura Contemporánea Casa Planas ha iniciado un crowdfunding para tratar de recaudar dinero para cofinanciar los gastos estructurales de la entidad y «proteger el tejido cultural independiente de Balears». Explican que los beneficios serán destinados a contrarrestar los efectos que ha tenido la crisis del covid-19 en su espacio. Desde Casa Planas piden a la ciudadanía su implicación para sostener la supervivencia de un espacio que se dedica a promover y dar contexto a la creación de las islas.

Entre los gastos más significativos a los que se enfrenta la entidad, hay que citar una nueva instalación de seguridad para los accesos del centro que incluye cámaras, sistema eléctricto de interfonos y monitores de seguridad, y los gastos ordinarios de la comunidad entre los que se encuentran las reformas de las tuberías antiguas y el ascensor.

Alelí Mirelman, directora de proyectos de Casa Planas, explica que este proyecto se debe a la ciudadanía y a la participación de la gente: «Los ciudadanos de Palma necesitaban un espacio en el que desarrollar sus proyectos creativos. Este año ha sido muy difícil, sobre todo para el mundo de la cultura. Somos los únicos independientes en artes visuales de todo el territorio nacional». Confiesa que tienen muchos más riesgos que otras empresas porque no pueden hacer actividades, lo que se traduce en «una bajada de ingresos del 70%»: «En los últimos años hemos reforzado la parte institucional y aplicamos a muchas subvenciones. Esto solo financia una parte y tardan mucho tiempo en llegar. Los eventos directos son los que nos dan la gran parte de nuestros beneficios». En el mes de mayo se plantearon cerrar, pero en septiembre hicieron una apuesta grande para tratar de sobrevivir: «Ahora tenemos un agujero muy grande porque hace 5 años, cuando empezamos, lo hicimos con una gran inversión económica. Pedimos un crédito y lo estamos pagando cada mes, y este año nos está costando mucho abonar las cuotas». Mirelman comenta que necesitan que la gente vuelva a sus instalaciones y les ayuden con esta iniciativa: «Solo un 30% de nuestra financiación es de fondos públicos. Somos muy dependientes de las aportaciones privadas».

Aclara que se encuentran en un momento crucial y no saben cuánto tiempo van a poder resistir. Tienen la ilusión de seguir haciendo proyectos porque este año iba a ser bueno: «Teníamos muchas cosas planeadas, pero las previsiones han quedado en nada con la pandemia. Este crowdfunding es el soporte que necesitamos para seguir abriendo al público como siempre».

Mirelman expone que, con la situación actual, no podrán aguantar hasta el verano que viene: «Si no llegamos al mínimo tendremos que cerrar. Hemos puesto un límite de 3.000 euros en la recolecta porque eso lo necesitamos si queremos seguir vivos, al menos durante un tiempo. Si conseguimos los 20.000 euros sería un éxito y Casa Planas podría seguir sin problemas. Tener pocos recursos significa que tenemos que hacer el trabajo de muchos con muy poco. Ahora mismo somos 5 personas trabajando».

Durante este tiempo solo han podido hacer una serie de talleres con 6 ó 7 personas que son insuficientes porque «no conseguimos que sean rentables al ser tan pocos». Además, tienen muchos gastos como la luz, el agua, la comunidad o las reformas que necesita el edificio.