La Acadèmia de Belles Arts de Sant Sebastià es otra de las entidades, al igual que la Associació d’Artistes Visuals, que deberá abandonar el Casal Ernest Lluch en cuanto expire su contrato de cesión de uso del local que actualmente ocupa. El presidente de la entidad creada en 1849, Josep Prohens, reveló ayer a este diario que deberán abandonar la actual sede, situada en la calle de la Rosa, en abril de 2022.

Tras recibir la notificación, desde la Academia no se quedaron con los brazos cruzados. El pasado mes de octubre remitieron una carta a la conselleria de Presidencia, con Pilar Costa al frente, que actualmente coincide con la de Cultura, para pedir una solución y recordar el ejercicio de obligaciones atribuidas a dicho departamento del Ejecutivo. «La comunidad autónoma recibió las competencias en materia de Reales Academias a raíz del Estatut de Autonomia de Balears. En el artículo seis se especifica que el fomento y la ayuda a las mismas corresponde a los departamentos que sean competentes», extremo que no se da con las asociaciones.

La Academia, además de recordar que ha mantenido la actividad en estos meses y que es una entidad viva, solicita a Presidencia que interceda «frente a la conselleria de Salud para que se pueda mantener la actual sede, ya que la Academia la necesita para poder desarrollar su actividad y poder albergar el archivo histórico de la institución». En caso de que no fuera posible mantenerla, piden que se les proporcione una estable que permita como mínimo los mismos usos que la actual. «Además, le solicitamos una dotación presupuestaria estable, atendiendo que el actual sistema de subvenciones a posteriori imposibilita la programación de actividades de manera estable en todas las islas de las islas», recoge el texto. También recuerdan que debería tenerse en cuenta a la Academia como una institución viva y consultiva.

El presidente de la entidad alberga «la esperanza» de que se encontrará una solución. La secretaria de la Academia Francisca Lladó, que no oculta su preocupación, señaló que parece que podría haber dos espacios candidatos, uno en el Casal Balaguer y otro en el Arxiu del Regne. Al primero sería complejo trasladar el archivo histórico y en el segundo no se podrían llevar a cabo las reuniones de los académicos, que son por la tarde.

Academia de Estudios Históricos

La Academia Mallorquina de Estudios Históricos presidida por Román Piña también se encuentra en la misma situación. «Deberemos abandonar la sede en 2022. Cuando recibimos la notificación, me dirigí a la secretaria general de la conselleria de Salud, quien me dijo que no me preocupara. Es un tema que trataremos en la próxima junta con los académicos antes de acabar el año y decidiremos si le pedimos a la presidenta o a la conselleria que arbitre una solución para dar continuidad a una institución que continúa muy activa», comenta Piña.