La Setmana del Llibre en Català ha superado su edición más difícil marcada por las restricciones de la covid-19 y por el mal tiempo. Organizada por el Gremi de Llibreters, la cita finalizó ayer con la satisfacción general de los libreros por haber podido llevarla adelante a pesar de las circunstancias adversas. Más de 1.500 personas han pasado estos días por el Pati de la Misericòrida, un nuevo emplazamiento que desde que nos estrenamos en la «nueva normalidad» ha acogido gran parte de las actividades culturales de Ciutat.

La Setmana, que se inauguró el pasado jueves, ha dejado sus mejores cifras de público y ventas durante el fin de semana. A pesar del mal tiempo, la lluvia ha «respetado» los horarios de la cita, haciendo acto de presencia en momentos muy puntuales. «Todo dependerá de a quién le preguntes, pero nosotros hemos trabajado mucho, sobre todo el sábado por la tarde», dice Àlex Volney de Llibres Ramon Llull. Sin embargo el librero reconoce que la cita no ha ido tan bien como la Fira que se celebró en el mismo recinto el pasado mes de octubre. «Han estado muy solapadas», apunta.

La cita con la literatura en catalán vence al mal tiempo

Miquela Serra, librera de Quart Creixent, destacó la gran afluencia de público a las actividades programadas: «De momento la lluvia nos ha respetado y el sábado ha sido el día más fuerte. Si hoy [por el domingo] se mantiene como hasta ahora, irá igual de bien que la edición del año pasado», subrayó. Por su parte Andreu Carlos López Seguí, de Finis Africae, se mostró satisfecho con el desarrollo de la Setmana aunque reconoció que «los dos primeros días fueron bastante flojos. El viernes nos hicieron la competencia el encendido de luces y el Black Friday». Àngels Cano, Embat Llibres, destacó la gran afluencia de familias con niños, «los futuros grandes lectores», al tiempo que señaló que «la gente tiene ganas de hacer actividades».

Las actividades destinadas al público infantil fueron las más concurridas de esta edición

Laura Collado, de Espai Caramulls que participó por primera vez en la cita, coincidió en que «las familias necesitan propuestas». Como librera su balance es positivo puesto que «hemos tenido la oportunidad de salir y darnos a conocer». Virginia Bonet, La biblioteca de Babel, destacó la gran afluencia de público joven: «Es una buena señal. Se interesan sobre todo por el ensayo, libros sobre feminismo y filosofía». Laia Alegret, Drac Màgic, reconoció el riesgo de organizar una cita como esta en el mes de noviembre y opinó que en la edición de este año se habían igualado los resultados de la anterior. Desde el stand de Llibreria Lluna, Maria Barceló valoró la idoneidad del espacio «ideal para poder controlar el aforo» y admitió que les había preocupado la lluvia. Adrià Garcias, Insula Literària, destacó sobre todo el «haber podido celebrar esta fiesta del libro en catalán y de la cultura ,y haber ofrecido actividades. En este sentido, el objetivo se ha conseguido».

Los autores locales conquistan las listas de ventas

Els camins de Palma, de Joan Carles Palos y Bartomeu Carrió, se coronó como el libro más vendido de la Setmana del Llibre en Català 2020. Le siguió en el ranking la biografía Aina Moll i Marquès, de Pilar Arnau. En tercer lugar se situó un libro infantil, La rumba del temps, inspirado en una canción de Joan Miquel Oliver con ilustraciones de Maria Palet. Otros títulos destacados han sido Ahir enterràrem un nin a Ciutat, de Tomeu Canyelles; y Dolça Introducció al caos, de Marta Orriols.