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Maria del Mar Bonet: «He intentado atacar al virus con la creación»

La artista concluye el año como lo empezó, con un premio, el Nacional de Cultura de la Generalitat y el CoNCA, en reconocimiento a la divulgación de la música mediterránea y los poetas en lengua catalana durante más de 50 años. Un programa doble para televisión le rinde hoy homenaje

Maria del Mar Bonet

Maria del Mar Bonet (Palma, 1947) empezó 2020 recibiendo un galardón, la Medalla de Honor de la Acadèmia de Belles Arts de Sant Sebastià, y llega a fin de curso con otro premio bajo el brazo, en esta ocasión el Nacional de Cultura de la Generalitat y el Consell Nacional de la Cultura i les Arts (CoNCA), distinción que ensalza el conjunto de su obra artística, por divulgar la música mediterránea y los poetas en lengua catalana durante más de 50 años, así como por su impacto intergeneracional. Lo recibe este domingo.

¿Qué significa para usted este galardón?

Es un honor y un privilegio recibir un premio como este, uno de los más importantes que tenemos. No me lo esperaba en absoluto, ha sido una preciosa sorpresa.

¿Cuál es el mayor premio que le ha dado la vida?

La misma vida... y el poder cantar. Que aún pueda cantar y que tenga por delante unos cuantos discos por hacer es para mí un gran premio.

En tiempos de castigo como los que vivimos, ¿los premios tienen un valor especial?

Los premios siempre son bienvenidos pero éste me alegra porque se da en un momento muy duro. Este tiempo que vivimos es un estado de alerta. Tenemos que replantearnos la manera de vivir en el mundo. Si no lo hacemos, estos tiempos tan crueles se repetirán.

«He intentado atacar al virus con la creación»

¿Le está costando adaptarse a este nuevo mundo? 

Mucho, pero intento sobrellevarlo, y una de las maneras es escribir canciones o cantar con músicos estupendos que me gustan mucho. En los dos últimos meses no he parado por casa. He hecho recitales en una Barcelona completamente desierta, en el Jamboree, con una gente muy valiente que abrió la sala. Allí canté unos días con Borja Penalba (Valencia, 1975) para un público también valiente, porque pasear por la ciudad y atravesar las Ramblas era una tristeza. La verdad es que cuando cantas y hay gente que te apoya y te ayuda, y sobre todo está allí contigo escuchándote, no piensas en el virus. 

Esta misma semana se le ha visto, junto a otros artistas catalanes, en un documental (Rere el mirall, la música, emitido por TV3) reivindicando que la cultura es segura.

He visto el trajín que significa para las salas desinfectar, el tener un cuidado máximo con la gente que entra, por eso apoyo que ‘la cultura es segura’, porque he cantado estos dos meses últimos en sitios como el Teatre Grec de Barcelona, la sala Kursaal de Manresa o el Teatre Micalet de Valencia , todos llenos, con las limitaciones que se imponían, naturalmente. 

Se dice que al cantar se alivian las penas.

Cantar me da al menos unas horas para no pensar en todo este desconcierto, en este momento de desbarajuste, de inseguridad, de incertidumbre. Un día te dicen una cosa y al siguiente, otra. Ahora está la esperanza de las vacunas... Todo esto te hace vivir el día a día de un modo más intenso. Yo he intentado atacar al virus con la creación, creando un disco, creando canciones, escribiendo, haciendo planes, cogiendo un avión o un barco para irme a cantar. Para mí ha sido un desafío. No quería quedarme mano sobre mano a esperar a que esto termine, porque yo qué sé lo que va a pasar. Tengo que hacer una serie de discos y este ha sido el primero de esta serie. Si no lo hacía, ahí se quedaba la cosa, sin hacer. Y yo prefiero hacer, con pasión y con ganas, que es lo que hemos puesto en este disco.

Ha citado las vacunas. ¿Se vacunará contra el coronavirus?

Yo sigo un tratamiento desde hace muchos años para el asma. Soy asmática desde los 11 años, así que ya te puedes imaginar cómo soy de riesgo, a mi edad y con todo esto que está cayendo. Todavía no tenemos la vacuna aquí. Soy bastante cauta en este sentido, no quiero decir ni sí ni no, ahí están los científicos para decidirlo y las personas que me tratan a mí.

¿Entre sus amistades hay algún negacionista?

Todo el mundo es libre de pensar lo que quiera, todos tienen derecho a expresar sus ideas. No quiero decir si tengo amigos negacionistas o no, prefiero que la gente sea positiva y sobre todo que respete la epidemia. La epidemia no se puede negar y tenemos que defendernos de ella, luchar para no contagiar a nadie ni ser contagiados. Ha muerto mucha gente y hay que tener mucho cuidado. Ojalá fuera científica. Hay que cuidar a los científicos y a los sanitarios, defenderlos para que puedan ejercer todo su saber en torno a un tema que solo ha hecho más que empezar. Hay que olvidar las bombas, la violencia y la guerras y centrarnos en ayudar. El mundo científico, no el armamentístico, se merece todas las inversiones.

Ha comentado al inicio de esta charla que está trabajando en una serie de discos, más allá del álbum en directo grabado en el Micalet de Valencia. ¿Puede adelantar algo de esos proyectos? 

Los proyectos siempre están sobre la mesa pero no se puede hablar mucho de ellos porque a veces empiezo por uno y lo dejo para acabar el otro. Yo soy una persona lenta, trabajando, no me gustan las prisas. Al margen del disco te diré que estoy preparando unos recitales que quiero que estén muy bien, me ilusiona mucho la idea de cantar con una big band en Mallorca, con Toni Cuenca, un gran músico, extraordinario. También trabajo en un proyecto de música tradicional.

A finales de diciembre lanzará al mercado Maria del Mar Bonet amb Borja Penalba. Son muy pocos los discos en directo que ha publicado. ¿Por qué se ha decidido ahora por este formato?

Los discos en directo no me gustan mucho, prefiero los de estudio. Veo que les pasa lo mismo a los músicos y cantantes que me gustan, pero esto puede cambiar con la época que vivimos. El estilo del espectáculo que hacemos con Borja Penalba, al que conocí por casualidad [en la edición de 2013 del Festival de Mim de Sueca], se remonta a seis años atrás. Cuando tengo que hacer un concierto íntimo, en salas no muy grandes, tengo esta posibilidad con Borja de defender un repertorio que nos gusta a los dos, con el que nos sentimos bien, y que la gente recibe con satisfacción. Después de tantos años seguidos haciendo lo mismo creo que es bonito que quede en un disco lo que hemos estado defendiendo: la poesía, la música, la pasión. Este disco es un espejo de todo esto. El repertorio es el de siempre, con la incorporación de algunas cosas nuevas. Llevaba años hablando con Borja de hacer este disco en directo. Y no queríamos esperar diez o veinte años, hubiera sido una tontería. Se nos presentó la posibilidad de cantar en el Micalet unos días seguidos y para mí también era importante rendirle homenaje al País Valencià, donde he ido a cantar en muchísimas ocasiones y donde me han dado también algún premio. Poder grabarlo en Valencia, y con un músico valenciano, ha sido muy bonito. 

Vicent Andrés Estellés ha sido el poeta más citado en los recitales que ha ofrecido en el Micalet. ¿A qué otros poetas les canta?

Estellés (Burjasot, Valencia, 1924; Valencia, 1993) es un extraordinario poeta, a quien tuve la suerte de conocer. También está Marc Granell (Valencia, 1953), en una canción que se llama No hi ha llum, con música de Borja; y un tema de Ovidi Montllor (Alcoy, 1942; Barcelona, 1995). Es decir, en el disco hay un ingrediente del País Valencià: un cantante, varios poetas, y eso liga con el estilo del álbum, muy dedicado a Valencia.

¿La pandemia le ha dejado más tiempo para su otra gran pasión: la pintura?

Es un recurso que tengo desde que empecé a querer hacer cerámica, a los 14 años, y luego en Barcelona, en la Escola Massana. Es un bagaje que tengo y no quiero olvidar. La pintura me brinda meditación, como el yoga. Y no puedo desligarla de mí misma. Ahora que he estado en Valencia he visitado el Museo de Bellas Artes para contemplar un Greco, un Velázquez, un Goya. Aprendes mucho mirando la pintura de otros. 

Con el sector musical en alerta roja, ¿qué le reprocha a las administraciones?

Una hecatombe como esta no se había producido nunca antes. Es difícil manejar todo esto, yo lo entiendo. Pero también hay que entender el esfuerzo que ha hecho el mundo cultural para que todo fuera muy seguro. Creo que este esfuerzo no se ha estudiado lo suficiente desde la administración y se han dictado medidas a rajatabla para todos por igual, y hay muchos matices. La cultura no es el fuerte de los políticos. Los políticos no trabajan con la cultura, trabajan con otras cosas. Es muy difícil que en este momento, con los políticos que tenemos, se abra otra vía cultural. Me gustaría muchísimo que algún político saliera haciendo discursos sabios, con un gran ingrediente cultural, pero tristemente no es así. 

¿Cuál fue el último político que le conquistó con un discurso en defensa de la cultura?

¡Uy!, nos iríamos a la Grecia clásica. Seguro que hay muchos, pero yo hablo de los de ahora. Y no es un desprecio, en absoluto, pero me gustaría que tuvieran un cuidado especial con la cultura porque es nuestra vida, nuestra sangre, es una cosa muy seria. Y mientras no se lo tomen así, qué voy a decir. El mundo, sin la cultura, no sería muy habitable, la verdad. 

Hace unos día se inauguró el Jazz Voyeur con Dulce Pontes, quien no dudó en elogiarla: «Tengo pendiente grabar algo con Maria del Mar Bonet», confesó. ¿La admiración es recíproca?

Claro. Dulce es una persona extraordinaria. Cuando la oí por primera vez me quedé muy impresionada por su voz. Toda la música que ha hecho tradicional, popular y culta la he encontrado siempre bellísima. Y además ha elegido bien su repertorio. Hace unos años hicimos algunas cosas juntas en Barcelona, y me encantó cantar con ella. La verdad es que la considero una amiga y una cantante para quitarse el sombrero y hacer tres reverencias. 

¿Tiene usted algún dueto pendiente?

Me encantaría hacer un disco o una canción con Dulce y me supo muy mal no haberlo hecho con Milton Nascimento, con quien realicé una gira por el Estado español. En aquel momento mi discográfica no estuvo por la labor. Me siento afortunada de haber podido cantar con muchos músicos que me gustan, como María Farantoúri, Zülfü Livaneli, Mikis Theodorakis, Lluís Llach, Quico Pi de la Serra, Marina Rossell y tantos otros. No suelo pensar en «voy a hacer un disco con esta persona». La ocasión llega y lo haces. 

Con su voz, usted luchó contra la dictadura franquista. ¿A qué cosas le teme una mujer valiente? 

Yo no me veo muy valiente. Por ejemplo, este bicho tan pequeño llamado covid-19, por la alta mortandad que está provocando, me da miedo. 

¿Teme el auge de la extrema derecha?

Me inquieta, como a mucha gente. Hay una serie de cosas significativas que marcan el renacimiento de algo que no nos gusta. 

El día que deje de cantar Què volen aquesta gent? será una buena señal.

Creo que Què volen aquesta gent? se puede cantar siempre. Es verdad que la recuperé sobre todo porque la gente la empezó a cantar en la calle de nuevo, y eso al autor de la letra, Lluís Serrahima, fallecido este mismo año, y a mí nos hizo muy felices. Ver que se podía utilizar la canción de nuevo, que la gente la quiere para acompañar a sus protestas, a su inquietud, a su valentía, era importante y por eso la he vuelto a cantar. 

¿Qué opinión le merecen los probables indultos a los presos del ‘procés’?

Me parece una vergüenza que haya presos políticos y exiliados políticos. Es terrible. Nunca he entendido que por pensar diferente se tenga que encarcelar a alguien. Me parece un abuso de poder y un retorno al franquismo de una manera acelerada. Que haya un chico que por cantar una canción esté exiliado, que haya políticos exiliados y otros en la cárcel, me parece una barbaridad. Como también me pareció una barbaridad el juicio que se celebró.

 ¿Confía en que el actual gobierno solucione de una vez por todas el conflicto catalán?

Esto se debería haber arreglado hace mucho tiempo. Dilatar este tema es provocar más amargura, más enfrentamiento. Esto es fruto de muchos errores políticos del pasado que se ha tenido con Cataluña y también de la prepotencia de un Gobierno español que no duda en llevar a personas inocentes a la prisión o al exilio.

Homenaje a los premiados

El acto de entrega de los Premis Nacionals de Cultura se ha transformado en un programa doble para televisión. Se emitirán hoy en TV3 (20.25, homenaje; y 00.10, documental Resiliència) y Canal 33 (a las 21.55). Entre las felicitaciones a Bonet, la de Miquel À. Sancho: «Para Blau es un premio y una auténtica satisfacción el poder trabajar con Maria del Mar y que nos dé su confianza para poder formar parte de su carrera artística». 


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