Las colecciones del Museu de Lluc quedan definitivamente protegidas. El Consell ha aprobado la declaración de BIC de los fondos del Santuario, tras aceptar el estudio histórico-artístico elaborado por la Universitat que se ha presentado ante la comisión política de Patrimonio de la institución. Según ha explicado Kika Coll, directora insular de Patrimonio, la declaración se ha aceptado por unanimidad y el siguiente paso es que se eleve al pleno del Consell para que dé su conformidad. Coll ha destacado que tanto la UIB como el Obispado, propietario de la colección, han asumido las tesis del informe. Cabe recordar que en junio de 2019 el Consell incoó un expediente de declaración BIC de estos fondos con el fin de poner coto a un posible conflicto en torno a las colecciones artísticas albergadas en el Museu de Lluc tras la marcha de los Coritos del santuario.

La directora Insular de patrimonio ha recalcado que la protección de este conjunto viene dada por su calidad y heterogeneidad, tanto de lenguajes artísticos como cronológicamente. El objetivo principal ha sido que no se disgreguen estos fondos museísticos y que se mantengan en buen estado de conservación, tanto las piezas que se exponen como las que se mantiene en de depósito. En este sentido Coll ha señalado que "el museo tiene unos espacios dignos, aunque otra cosa es que se pueda cuestionar el discurso expositivo". La responsable de Patrimonio matizó que, a corto, plazo, no se tiene previsto iniciar el proceso para la declaración BIC del conjunto del Santuario: "Una coleción siempre es más débil porque se puede disgregar, por eso priorizamos su protección".

El Museu de Lluc custodia cerca de dos mil objetos vinculados al mundo de las artes decorativas. Entre ellos, una magnífica colección de cerámica de entre los siglos XV y XIX. El mayor tesoro es quizá un plato hebreo del Séder de Pésaj, un importante ritual judío.

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Fue fundado en 1952 por los Missioners dels Sagrats Cors. Inicialmente estuvo formado por dos salas: la primera dedicada a la arqueología, la numismática, la etnología, los incunables y la pintura; y la segunda centrada en el mobiliario litúrgico, esculturas y joyas. En 1970, el museo fue ampliado con la colección de Antoni Mulet Gomila.

En el recorrido, cabe destacar también la sala del Tresor de la Verge, con objetos de orfebrería como la custodia de Lluc, obra de Antoni Falconer, elaborada con plata sobredorada. O también la exposición de indumentaria tradicional de la isla y abanicos. La pinacoteca está formada por cuadros de pintores mallorquines o relacionados con la isla de los siglos XVIII, XIX y XXAntoni Ribas, Ricard Anckermann, Juli Ramis, Anglada Camarasa, Santiago Rusiñol o Miró, entre otros.