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Muerdo: «De Aute me caló mucho su esencia disfrutona»

«La música nos puede servir de medicina, es sanadora y permite conectarnos en una energía concreta cuando escuchamos una misma canción»

«De Aute me caló mucho su esencia disfrutona»

El cantante y compositor Pascual Cantero (Murcia, 1988) es el responsable del proyecto musical Muerdo, uno de los grupos que encabeza el cartel del Festival Géiser. Su actuación está programada para el 28 de noviembre, en Son Amar, y será en formato acústico. Viene con dos guitarristas «tremendos», el israelí flamenco Ohan Levy e Iker García, y con ellos repasará el repertorio de sus cuatro discos publicados e interpretará algunos temas ya que han salido como adelanto de su próximo álbum.

«La esencia de Muerdo es el mestizaje, el coger géneros y sonoridades de diferentes lugares del mundo y pasarlas por nuestro filtro, hacerlas propias, ir jugando con esos elementos, y a nivel discursivo darle cierto tono poético y compromiso con la realidad social», explica el músico murciano.

De su nuevo trabajo, todavía inédito, apunta que se ha grabado en Buenos Aires y que llevará por título La sangre del mundo. «Si bien sigue la onda de Muerdo hasta ahora, incorpora elementos nuevos procedentes de la música electrónica, como sintetizadores, programaciones, baterías programadas, samplers o loops», avanza.

La pandemia le pilló a Muerdo precisamente en Argentina, en marzo, preparando un concierto para 4.000 personas en el Centro Cultural Konex. «Me tuve que quedar en Buenos Aires, pero ya tenía previsto grabar el disco con un productor de allá, el también músico Diego Pérez (Tonolec, Nación Ekeko), así que aproveché para ponerme manos a la obra», comenta en referencia a un trabajo en el que también deja su huella el ingeniero ganador de un Grammy Latino Matías Cella (Jorge Drexler, Kevin Johansen).

«El concierto de Argentina era el único que íbamos a hacer. 2020 lo teníamos planteado para no tocar. En España hemos agarrado las cosas justas que nos interesaba hacer. La verdad es que la pandemia no nos ha alterado mucho la agenda», confiesa.

El autor explica que un título como La sangre del mundo puede conectar con la idea, bien fundamentada, de que «el mundo se desangra». En su opinión, el planeta «lo mueven personas anónimas que se dejan la vida para construir una sociedad mejor», y a ellos va dedicada su nueva obra musical. Muerdo lo tiene claro. “La música nos puede servir de medicina, es muy sanadora y nos permite conectarnos en una energía concreta cuando escuchamos una misma canción. Es algo maravilloso y muy necesario».

En 2021 cumplirá diez años en la carretera y en los aeropuertos, una trayectoria que le ha permitido «poder viajar y plantear el proyecto de Muerdo como algo global», una particularidad dentro de la escena española, porque «pocos son los grupos que pueden trabajar bien fuera, como nosotros, que nos movemos por seis o siete países» del mundo con resultados sobresalientes. Atrás quedan momentos duros, como los inicios, una etapa en la que contó con el apoyo de Luis Eduardo Aute. «Se cruzó en mi camino, grabamos juntos, y eso fue un gran aval de cara a que me abrieran las puertas en ciertos locales y en medios especializados. De Aute me caló mucho su esencia disfrutona, ese amor que tenía por vivir con placer, y también su esencia investigadora y transgresora. Era un artista muy polifacético y muy experimental, y eso permeó en mí», reconoce.

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