Cuatro años de trabajo, 497 elementos arquitectónicos y decorativos registrados, que corresponden a otras tantas fichas, procedentes de 142 edificios situados en Palma y en la Part Forana. Estas son las cifras que han hecho posible que la base de datos La casa medieval. Materiales para su estudio en Mallorca sea una realidad llevada a cabo por un equipo de investigadores del departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes de la UIB. Este fondo documental forma parte de un proyecto de investigación I+D del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia del Mineco. 

Ventanal de Can Serra, en la calle Gerreria de Palma.

Para Tina Sabater, catedrática de Historia del Arte e investigadora principal de este proyecto, es importante destacar que esta biblioteca digital es de uso público y gratuito, además de una fuente documental de gran valor tanto para los interesados como para los investigadores de la historia del arte de la baja edad media. Gran parte del material que ahora es accesible desde la página web de la UIB proviene del archivo de fotografía, tanto en papel como digital, del doctor José Morata Socías que ha sido donado por éste a la Universitat. Su propósito ha sido poner al alcance de los estudiosos todos estos datos para que puedan realizar búsquedas de información transversales. Una buena parte de este material corresponde a bienes patrimoniales ya desaparecidos y que durante décadas han sido fotografiados por Morata. El trabajo se sustenta, según explica Sabater, «en los materiales que conocíamos, porque casas medievales quedan muy pocas, pero sí materiales que provenían de estas casas». De los 142 inmuebles de los que proceden estos materiales, la mayoría estaban situados en la antigua Ciutat de Mallorca aunque también hay ejemplos de casas de la Part Forana como puedan ser las possessions de Sa Bastida, en Sant Joan; Sa Torre en Llucmajor o dels Enagistes en Manacor; y Can Gili en Sineu, entre otros. En Palma destacan Can Serra, en la calle Gerreria, propiedad del Ayuntamiento y en estado de abandono. Otros casales que aportan valiosos ejemplos de la casa medieval son Can Martí Feliu, Can Ramis (Teatre Sans), Can Oleo, Can Olesa o Can Penya, entre muchos otros. Sabater señala que la mayor dificultad encontrada en el proceso de catalogación ha sido la datación de los materiales. Según explica, en los casos que ha sido posible se ha fijado la cronología con más precisión a partir de los datos sobre la historia de la casa, de aquello que suministraba el propio elemento catalogado o de los provenientes de otros sectores de los materiales. En otros casos, ante la ausencia de datos, se ha optado por ampliar el marco temporal a la centuria.

Mural en el Convent de Santa Clara de Palma.

Además de los datos aportados por Morata, el archivo se ha enriquecido con la incorporación de vestigios que se han ido encontrando durante reformas y rehabilitaciones que se han desarrollado en el transcurso de la realización del proyecto. De hecho, la intención es ir añadiendo nuevos elementos a partir de los hallazgos que se vayan realizando en el futuro. Las búsquedas pueden realizarse por diferentes criterios: elemento, edificios, municipios y siglo. También se puede rastrear la información recurriendo a las palabras clave. En cada una de las fichas se incluye la información del elemento catalogado, los datos sobre tipología y función además de la ornamentación, la ubicación y la cronología. Se aportan, además, otros recursos como la bibliografía específica o el grado de protección. Con todo, Sabater destaca que el uso de la base de datos es muy intuitivo y sus posibilidades inmensas. En este sentido, piensa que esta información será de provecho para los investigadores de este periodo no solo de Mallorca, donde hay una gran cantidad de testimonios de la casa gótica, sino también para los estudiosos de Cataluña y Valencia que cuentan en sus territorios con menos ejemplos. 

Pintura mural de la possessió de sa Torre, en Llucmajor.

Dice Tina Sabater que es mucho el patrimonio medieval que se ha perdido: «El tiempo pasa, las casas se van remodelando. El barroco construye sobre lo medieval y en el siglo XIX pasa lo mismo. Por otra parte, el concepto de patrimonio es bastante reciente», argumenta. Los testimonios que se recogen incluyen materiales de piedra, de madera y elementos decorativos. Capiteles, columnas, envigados, ventanales, arcos, voladizos, pinturas murales, portales, baldosas o relieves son algunas de las piezas que se han documentado. De todos los elementos que se recogen en este compendio, Sabater destaca las pinturas murales: «Es lo más sorprendente. Les gustaba el color», una presencia que se daba en paredes pero también en techos con envigados policromados. La catedrática destaca el «gran valor» de lo recogido en este proyecto: «Algunos de ellos no sabemos dónde están o han desaparecido o están en paradero desconocido. Pertenecen a casas privadas, a casas señoriales que son difíciles de visualizar». Con todo, se trata de la única fuente para estudiar un patrimonio «en constante riesgo de desaparición».

Encuentro científico

El equipo del proyecto de investigación La casa medieval. Materiales para su estudio en Mallorca está compuesto por Tina Sabater (investigadora principal), José Morata, María Barceló-Crespí, Antònia Juan, Magdalena Cerdà, Miquel Àngel Capellà, Francesca Tugores, Elvira González y Marta Fernández (becaria FPI). Algunos de ellos participaron el pasado mes de octubre en el encuentro científico La casa medieval en Mallorca y en el Mediterráneo. Elementos constructivos y ornamentales. La cita, que se desarrolló de manera virtual, también contó con la asistencia de los investigadores Aymat Catafau, Universidad de Perpiñán; Jacobo Vidal y Joan Domenge,Universidad de Barcelona; Marco Rosario Nobile, Universidad de Palermo, Juan Vicente García-Marcilla y Teresa Izquierdo, de la Universidad de Valencia; y Federico Iborra de la Politécnica de Valencia. El objetivo de este encuentro fue poner en común con otros expertos de la región del Mediterráneo los resultados de sus estudios. Está previsto que el proyecto culmine con una publicación.