La nueva edición de la Setmana de la Cultura Popular quiere defender la figura de la mujer como transmisora cultural. Entre todos los actos organizados destaca uno: el homenaje a la balladora Dolors Rodríguez (Palma, 1949), una figura clave para entender el ball de bot. Entre sus maestros destacan profesionales como María Antuña o Biel Frontera. 

P. ¿Qué supone este homenaje para usted? 

R. Una alegría inmensa. No me lo hubiera imaginado nunca. Yo siempre he bailado por placer, no por el reconocimiento. Mi objetivo ha sido que la gente disfrute cuando baila. 

P. ¿Qué ha significado el baile en su vida?

R. Me ha servido para muchísimas cosas. Ha sido una manera de evadirme y olvidarme de los problemas, porque cuando bailas no piensas en otra cosa. En mi vida he tenido momentos difíciles como la muerte de mi marido, y el baile me ha ayudado a superarlo y salir de una situación complicada. Mis amigas del baile, que siempre han sido unas grandes amistades, también me ayudaron mucho.

P. ¿Cómo ha sido enseñar a tantas personas jóvenes?

R. Con mis alumnos he establecido un vínculo muy grande y fuerte. He tenido alumnos de todas las edades: desde los más pequeños hasta gente mayor. Siempre he disfrutado mucho de las clases y ellos me han hecho disfrutar a mí con su aprendizaje y sus ganas. No lo cambiaría por nada del mundo.

P. ¿Cuán importante es la disciplina en el ball de bot? 

R. Más que disciplina yo creo que hay unas normas claras que debemos seguir. Sobre todo por la cultura que tenemos. Debemos seguirla y aprenderla, que es lo que yo he intentado con todos mis alumnos. El ball de bot es un baile matriarcal en el que manda la mujer. A muchos esto no les gusta, pero este baile es así y debemos conservarlo. Hay pocos estilos de baile en los que mande la mujer, y esto es algo que tenemos que reivindicar.

P. ¿Qué importancia tiene la figura de la maestra?

R. Es fundamental porque te enseña todo lo que necesitas saber para poder bailar. Además, la maestra debe enseñar los valores del baile y de toda la cultura que envuelven a esta práctica. Eres la transmisora de un conocimiento que pasa de los mayores a los jóvenes.

P. ¿Qué ha aprendido después de tantos años?

R. He aprendido que la edad no tiene nada que ver con el baile. Cada persona aprende a un ritmo diferente y esto es importante porque no debemos presionar a nadie. Mis alumnos siempre se han esforzado mucho y han sido muy buenos.

P. ¿Ha cambiado el ball de bot?

R. Sí, sobre todo en el reconocimiento y la importancia. Creo que se le está dando más ahora que antes. No ha cambiado mucho, pero sí que hay personas que tratan de hacer algo nuevo e innovar. Yo no lo hago y trato de seguir mis pautas. Al final cada uno tiene su manera de bailar y de enseñar.

P. ¿Se considera una purista? 

R. En el baile puedes ser una purista y a la vez innovar. Nosotros aprendemos unos puntos esenciales, pero a partir de ahí cada persona puede investigar y probar nuevas combinaciones. Mientras lleves el ritmo, todas son buenas.

P. En un mundo tan globalizado, ¿por qué es importante defender y reivindicar la cultura popular?

R. Esto es fundamental. Debemos reivindicar nuestra cultura porque, si no, podríamos perder todo lo que hemos construido. Quien pierde sus raíces acaba en una situación muy desfavorable. No solo hay que conservarla, sino también debemos fomentarla.

P. ¿Cómo le explicaría a una persona ajena qué es el ball de bot?

R. Para mí es una forma de olvidarte de todo y centrarte en algo maravilloso. En ese momento no puedes pensar en otras cosas porque puedes equivocarte. Tienes que estar atento a lo que haces y dentro del cuerpo tienes una sensación muy bonita. El baile también significa relacionarte con otra gente, una forma de evadirse de todo lo externo y disfrutar durante un tiempo concreto. Yo animaría a todo el mundo a que empezara clases de baile.

P. ¿Las nuevas generaciones están interesadas en el ball de bot?

R. Ahora hay mucha más gente joven que antes. Me gusta ver tantos jóvenes interesados en esto porque son los que tomarán nuestro relevo, y esto significa que el ball de bot se seguirá enseñando y reivindicando.