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Miquel Bauçà, traducido por primera vez al castellano

El sello barcelonés Kriller 71 publica en español y en un solo volumen las tres novelas cortas del autor de Felanitx: ‘Carrer Marsala’, ‘El vellard’ y ‘L’escarcellera’

El escritor mallorquín Miquel Bauçà (Felanitx, 1940-Barcelona, 2005). DM

El poeta, traductor y editor Aníbal Cristobo llegó a la literatura de Miquel Bauçà tras la noticia de su muerte en Barcelona en el año 2005. «Me leí Carrer Marsala y después El canvi e inmediatamente pensé que eran obras que debían traducirse», explica a DIARIO de MALLORCA. El proyecto de traducir al castellano la obra del gran escritor felanitxer no ha cristalizado hasta el día de hoy. Cristobo, con su sello barcelonés Kriller 71 Ediciones, y también la traductora Sílvia Galup ya tienen la criatura entre sus manos, a la espera de lanzar el próximo 9 de diciembre en las librerías la que será la primera traducción al castellano del escritor mallorquín, considerado autor de culto de las letras catalanas.

«Es posible que haya cierto malestar por este proyecto», advierte Cristobo. «Corre esa especie de leyenda de que él había pedido no ser traducido al castellano», comenta. «Pero eso no era exactamente así. Hablamos con su hija, la heredera de su legado, y lo que él no deseaba era el peaje de ser traducido al castellano como puente para ser traducido después al inglés», desvela el editor. «Y precisamente las tres novelas que nosotros hemos traducido ya lo han sido al inglés bajo el título The Siege in the Room», puntualiza.

A la izquierda, Aníbal Cristobo y Sílvia Galup. A la derecha, la portada.

En concreto, el sello Kriller 71 (en la colección Mula Plateada) ha optado por traducir las novelas cortas de Bauçà Carrer Marsala, El vellard y L’escarcellera. Y las ha recopilado en un mismo tomo bajo el título La destrucción de la Torre de Pisa, «que ha sido un hallazgo, algo con lo que nos hemos topado en Carrer Marsala y que nos ha parecido que condensaba en gran medida una parte del imaginario de Bauçà. Nos parece que ahí está presente cierto rasgo misántropo, incluso si se quiere cierta obsesión por el orden, ya que la Torre de Pisa desafía ese sentido del orden de Bauçà», explica Cristobo. En ese título, considera que también «hay algo del nonsense, de la lógica tan idiosincrática de las obsesiones» del escritor de Felanitx. ¿Por qué la Torre de Pisa? ¿Por qué destruirla? «No lo sabemos, pero parece importantísimo para el personaje de Carrer Marsala en un momento, antes de volver a olvidarlo por completo», contesta el editor, muy contento de que la obra literaria de Bauçà «se pueda conocer en la península y en Latinoamérica».

A la traductora Sílvia Galup le parecía fundamental a la hora de traducir estas nouvelles conseguir que la fluidez del texto «pudiera mantener la extrañeza del original, ese ruido que se filtra en cada una de las narraciones y que refleja las particularidades de los personajes». Para la experta, Bauçà «suena en castellano similar a como lo leo en catalán: con una coloquialidad algo desfasada, ligeramente demodé. Creo que tiene que ver con lo que Nora Catelli menciona en el prólogo, esa cita que hace de Miquel Barceló [el historiador] en relación a la transformación de esa pagesia de postguerra». «Me parecía importante no caer en la trampa de que el discurso de los personajes tuviera una lógica completamente contemporánea», agrega. Para Galup, la lengua del autor mallorquín en estas novelas «tiene un registro un poco más llano que en su poesía con el fin de mantener la tensión narrativa», apunta.

Acuerdo con la heredera

El proyecto de traducir a Bauçà al castellano echó a andar hace dos años aproximadamente. «Nos pusimos en contacto con Edicions 62, el sello que lo había publicado, y nos comentaron que teníamos que hablar con sus herederos. Fue entonces cuando contactamos con su hija Maria. Le explicamos lo que queríamos hacer y llegamos a un acuerdo con ella», relata Aníbal Cristobo.

El editor desearía poder publicar en castellano El canvi, «el libro más radical de Bauçà, pero es un proyecto más ambicioso que por sus características editoriales quizá sería más adecuado que lo liderara un sello con más músculo que el nuestro», confiesa.

La doctora en Filolofía Hispánica Nora Catelli es la autora del prólogo de esta traducción de Kriller 71. En su ensayo defiende que en la obra de Bauçà hay toques celinianos, becketianos y kafkianos. «También suena a Lautréamont, Artaud y Bataille. En su producción practica con maestría formas reconocibles dentro de las tradiciones narrativas del siglo XX», escribe. Y destaca que Bauçà siempre mantuvo un alejamiento de la vida literaria que con los años se fue haciendo más y más visible. «En las tres novelas traducidas están expuestos el horror a la multitud, el espanto ante el propio cuerpo o el rechazo de las facilidades de la vida masificada», concluye.

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