El confinamiento, esos meses que algunos dieron por perdidos y que otros aprovecharon para poner su creatividad a funcionar, ha dado como resultado un proyecto artístico y solidario que bajo el título de Un gin-tonic por favor se presenta en forma de exposición y de libro de arte el próximo 20 de noviembre en la galería Kaplan Projects de Palma.

La idea y coordinación de este proyecto ha surgido de la galerista Mercedes Estarellas. Treinta y dos artistas respondieron a su llamada aportando un dibujo original en blanco y negro para que todo aquel que quisiera pudiera descargarlo, colorearlo y subirlo de nuevo a la web. Ahora esas obras originales formarán parte de una exposición e ilustrarán un volumen «que nos recuerde lo que ha sido el confinamiento».

«Algunos son artistas de museo, con obra en el Reina Sofía. También hay algunos muy jóvenes, que acaban de empezar. He intentado juntar generaciones diferentes» dice Estarellas. Luis Alfonso Villalobos, Olaf Hajek, Marta Font, Albert Pinya, Martín y Sicilia, Lusmore Dauda, Marcelo Víquez, Olimpia Velasco, Amparo Sard o Rossy de Palma son algunos de los nombres destacados que han participado en el proyecto. Toni Sorell, como autor del diseño del libro; David Fuster, programador de la web; la imprenta Plug in Print, Marcs i Moldures y Distribuidora Rotger también se han sumado a la iniciativa cuyos beneficios se destinarán a Creu Roja Balears. Las obras tienen un precio de entre 200 y 5.000 euros, dependiendo del artista. Los libros podrán adquirirse por 35 euros en la galería Kaplan, en las librerías de Palma, en El Corte Inglés y en la web del proyecto. La inauguración de la muestra también será diferente, adaptada a los nuevos tiempos: «Será muy larga porque iré convocando a la gente durante una semana, dos horas cada día, para que no haya aglomeraciones», explica.

Mercedes Estarellas posa con el libro a las puertas de la galería palmesana Kaplan Projects. Manu Mielniezuk

Dice Mercedes Estarellas que el hilo que une a todos estos creadores es que «toda la gente que colabora conmigo está conectada por una manera de pensar». En cuanto si hay un denominador común en todos los dibujos, la galerista señala que se repiten algunos motivos relacionados con la situación de confinamiento: paisajes interiores, las vistas desde la ventana, el recorrido dentro del hogar, el espacio de trabajo o, también, la representación del encierro, son algunos de los temas que remiten a la cuarentena.

La iniciativa tenía como objetivo aliviar los días de la cuarentena y ayudar a paliar los efectos de la crisis

Los beneficios que se obtengan por la venta de los cuadros y los libros se destinarán a Creu Roja Balears

«Me hacía gracia que los contextos se repitieran cien años después, que haya necesidad de humor y de arte, con las crisis la belleza es necesaria», dice Mercedes Estarellas, quien añade que «los paralelismos con los años 20 del siglo pasado van más allá de una situación de pandemia. El resurgimiento del fascismo y la extrema derecha en todos los países, la guerra entre Turquía y Armenia . Es curioso como el dicho de que la historia se repite se hace realidad. Lo bueno es que ya lo sabemos y hemos de abogar por los derechos sociales». Sin embargo, Estarellas cree que es pronto para afirmar si se repetirá o no la explosión artística de los felices 20: «Hay que esperar. De todo esto saldrá algo seguro. La ruptura sociocultural no es la misma. Aun ahora hay quien no entiende las vanguardias. La sociedad, el pensamiento, avanza lentamente. Por ejemplo, el feminismo. Hoy día las mujeres seguimos cobrando menos», opina Estarellas. Sin embargo, hay similitudes en el hecho de que se da una situación «muy triste» que hay que superar: «El cerebro humano es sabio y tenemos capacidad de adaptación. Vamos a vivir, todo pasará», refiere Estarellas.

La puesta en marcha de este proyecto tenía como objetivo aliviar los días del confinamiento y ayudar a paliar las graves consecuencias de la pandemia. Para englobar la iniciativa, la galerista tomó prestado como título un verso de la artista dadaísta Elsa Von Freytag Loringhoven. «Estamos condenados al ahora. El pasado no importa, el futuro no existe. Este libro es un intento más de habitar la espera, una espera que -dada la situación kafkiana- hay que agotar, hasta que se convierta en aburrimiento. Un gin-tonic por favor», ha escrito Estarellas en el libro. El suspenso en el que nos situó la cuarentena no fue, para la impulsora del proyecto un tiempo muerto: «Creo que el aburrimiento es absolutamente necesario, para ralentizar, recapacitar y que se te ocurran nuevas ideas. La civilización nace de tener tiempo. En cierta manera esta crisis nos ha servido para frenar el sinsentido de ir a cien por hora y para tener una manera de vivir más sostenible psicológicamente», reflexiona.

Estarellas destaca que en un contexto en que «las exposiciones previstas se han aplazado al igual que las residencias de artistas. A nivel de galería, hay menos público en la calle, pero sigue habiendo el trabajo de fondo de coleccionista que sigue buscando piezas, pero sin prisas. La gente se ha quitado las prisas». Para la galerista, lo que esta situación ha evidenciado es que «sin imaginación no sales adelante. La sociedad nos tiene que cuidar más porque somos necesarios, pero es justamente en los tiempos de crisis cuando más se recorta en cultura», señala . Sin embargo, esta vez sí ha notado un cambio, «un esfuerzo y una preocupación para sostener el tejido. La crisis de 2008 fue muy dura para el sector y no nos pueden dejar en la estacada de nuevo», enfatiza. También el público ha mostrado otra actitud respecto con el arte y la cultura: «Mucha gente nos ha agradecido que hayamos seguido ahí». Cree que se ha recurrido al arte la cultura porque «estando tanto tiempo en casa te das cuenta de la necesidad de contemplar lo que te rodea, la necesidad de la estética y de la plástica, que diga cosas, que te cuente historias».

En su opinión el arte hace falta en situaciones límite para que siga habiendo libertad de expresión. Los tiempos los marca ahora la incertidumbre, también en el mundo del arte: «Ha cambiado la manera de celebrar el arte, la incertidumbre nos crea ansiedad, pero del mismo modo, cada proyecto es un regalo. Aprecias más las cosas y el hecho de que las convocatorias sean más pequeñas te da la oportunidad de hablar más con la gente. El feedback es necesario porque si no, la comunicación artística no se cierra», argumenta.colorea una obra de arte. Algunas de las obras que forman parte del proyecto ‘Un gin-tonic por favor’. 1 L’Orchidée’, de Rossy de Palma.2 ‘Sin título’, de Pep Guerrero.3 ’Máquinas para la perfecta pintura (III)’, de Samuel Almansa 4 ‘Hulagu Khan’, de Marco Prieto. F