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Entrevista

Jordi Domènech: "Hay tantos tipos de voces como personas"

"Me siento cómodo cantando a Haendel y Bach por el tratamiento vocal y la musicalidad"

El contratenor Jordi Domènech, en Palma.

P. ¿Por qué tiene secretos la voz humana?

R. Es el instrumento natural por excelencia, ya que es el primero que se contempló como tal, casi al mismo tiempo que la percusión. Y además porque los demás instrumentos han intentado imitarlo. La voz es el único instrumento que puede emitir sonido y palabras, con lo misterioso que eso supone.

P. Se ha dicho siempre que el instrumento que más se parece a la voz humana es el violonchelo.

R. Sí, por su flexibilidad, y a diferencia del violín, es menos estridente. Es lo mismo que pasa con la tenora, un instrumento de viento que se acerca a la tesitura de la voz.

P. Reducir los tipos de voz a soprano, contralto, tenor y bajo, ¿es resumir demasiado?

R. En el fondo hay tantos tipos de voces como personas. Ahora bien, esta clasificación es una manera que tenemos los músicos para entendernos. De todas maneras, la voz cambia a lo largo de los años. Ejemplos hay muchos y buenos: Plácido Domingo, Waltrtaud Meier, Astrid Varnay… 

P. La voz de contratenor, ¿entre qué tesituras se sitúa?

R. La voz de contratenor aparece cuando haces servir un registro concreto. Es como imitar la voz de mujer, sin tenerla como propia. De entrada, no tenemos esa voz, la creamos. Los italianos lo tienen más claro y no usan ese término, sino que dicen sopranista o contraltista.

P. Podemos decir que los castrati tenían la voz de los contratenores actuales?

R. Es reducir mucho la historia, pues hablamos de miles de personas que fueron mutiladas y pocas llegaron a tener éxito. Algunas podían conseguir unos registros realmente sobrehumanos, hoy casi imposibles de conseguir en directo.  

P. ¿Farinelli fue el mejor o el más famoso?

R. Fue un caso extraordinario. Vistas ahora las arias que le componían expresamente podemos decir que fue como un milagro. Farinelli es un caso único en la historia del canto.

P. ¿Qué compositor ha sabido entender mejor la voz de contratenor?

R. Depende de cada cantante, pero yo particularmente me siento muy cómodo cantando Haendel y Bach. El primero por el tratamiento vocal, Bach por la musicalidad. Y añadiré a Nicola Porpora, que fue profesor de Farinelli.

P. Hablando de Haendel y Bach, ¿cómo calificaría dos de las arias que usted ha cantado en grandes escenarios: Erbarme dich mein Gott y Lascia Ch’io Pianga?

R. Erbarme dich: Se me ocurren pocas cosas más hermosas que esa aria de la Pasión según San Mateo. Al cantarla en público debo contener la emoción. Si Bach solamente hubiera escrito esa obra hubiera pasado a la historia. Lascia: es el primer hit musical de la historia, consigue un enorme encanto con pocos recursos.  

P. ¿Les falta a los grandes teatros de ópera una mirada hacia el barroco?

R. Básicamente los grandes escenarios se nutren de ópera romántica ya que, en cierta medida, a los espectadores de música clásica nos gusta escuchar lo que ya conocemos. Ahora bien, los programadores sí deberían hacer pedagogía musical e incluir títulos que no son del circuito habitual. Cada temporada los grandes teatros deberían programar alguna ópera de Haendel.

P. ¿No parece como si los contratenores se centraran en el barroco?

R. Quizás sí, pero un contratenor ha de poder cantar música de cualquier época. Y diré más, ha de poder cantar obras escritas para mujeres, al menos en concierto. Una de las arias que suelo poner en mis recitales es una que canta un papel femenino, Cornelia, en Julius Caesar de Haendel. El tenor Jonas Kaufmann, por su parte, ha grabado los Wesendonck Lieder de Wagner, que están pensados para voz de mujer.

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