Jaime Triay (Palma, 1964-2020) cultivó dos pasiones en vida: los vinilos y la amistad. Fruto de ambas es la asociación Amics d’en Jaume, un colectivo que tiene como objetivo conservar y mejorar la colección de objetos y discos que el cantante de Cerebros Exprimidos atesoró en vida. La idea es abrir un local en Palma en el que sus seguidores y los devotos del punk, el rock y otros lenguajes musicales puedan entregarse a un legado sin igual.

Con el propósito de lograr fondos para la asociación Amics de’n Jaume el grupo Bad Taste ha organizado para el próximo 13 de diciembre un concierto por streaming que arrancará a las 18.30 horas y podrá ser seguido por YouTube. Bad Taste, uno de los grupos capitales del punk hecho en Mallorca, ya rindió homenaje a Jaime Triay pocos días después de su muerte con un vídeo colgado en su perfil de Facebook en el que versionan el Can’t Tell No One de Negative Approach pero reconvertido en Cant Tell Jaume.

Jaime ‘Cerebro’ falleció el pasado mes de agosto. Padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde 2016. En abril de este 2020 estaba previsto un concierto homenaje a su figura cuyos beneficios iban a destinarse a sus gastos médicos. La Covid-19 impidió su celebración. El que sí se celebró fue el de Casa Planas, en 2019, un tributo impulsado por Carlos Palmer que contó con las actuaciones de bandas como Ramonikos, Los Bélmez, Los Malditos, Guadaña, Dr. Doom o Puñal, y que demostró algo que ya se sabía: lo querido que era Jaime.

Si como cantante y compositor será recordado como el frontman de Cerebros, grupo con el que llegó a publicar siete discos y se convirtió en un referente del punk, llegando al mercado estadounidense bajo el nombre de Squeezed Brains, como conversador musical no tenía rival y eran muchos los jóvenes que acudían a él en busca de su saber enciclopédico y su memoria fotográfica. La ELA se lo llevó pero nos quedan sus amigos y sus discos, cientos, miles, desde el primero que le regalaron, el de la banda sonora de El libro de la selva, hasta su último pedido, una caja de los Heartbreakers, el grupo de Johnny Thunders. «Ya no tengo más sitio en casa donde poner los discos”, reconoció a este diario meses antes de su muerte.