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Centenario de Miguel Delibes

Emilio Gutiérrez Caba: «El sentimiento colectivo de espectáculo no se puede vivir en casa»

«Existe una falsa idea de que la gente de la cultura pedimos dinero a la administración, cuando en realidad solo reclamamos protección», afirma el actor

Emilio Gutiérrez Caba recitará textos de Miguel Delibes en el centenario de su nacimiento

Emilio Gutiérrez Caba recitará textos de Miguel Delibes en el centenario de su nacimiento G. Bosch

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Emilio Gutiérrez Caba recitará textos de Miguel Delibes en el centenario de su nacimiento Anabel Ruiz

Es usted uno de los participantes de honor en el homenaje a Miguel Delibes en Palma. ¿Cómo recibió la invitación? ¿Le hizo ilusión?

Luis [cantante del espectáculo] me propuso para el centenario de la muerte de Delibes hacer este recital y me gustó mucha la idea porque Delibes siempre me hace ilusión. Le conocí personalmente, y era una persona extraordinaria y muy humana. Siendo crítico de cine hizo unas críticas absolutamente educadas, encantadoras, y sabía muchísimo de cine.

Se trata de un espectáculo que fusiona voz, palabra y música.

Sí, es un formato muy atractivo. Es muy curioso contemplar cómo la música, las imágenes y la palabra se juntan y crean algo distinto y al mismo tiempo tan mágico.

El legado de Delibes ha traspasado la gran pantalla y pisado fuerte en los escenarios. ¿Qué representa para usted su figura en este sector?

Cinematográficamente marcó más que teatralmente, aunque Cinco años con Mario tuvo un éxito enorme, al igual que con Las Guerras de nuestros antepasados. La virtud de Delibes era que intervenía poco en los rodajes que se hacían de sus obras, y eso le daba una gran ventaja al dejar su novela en la visión y la perspectiva de los otros. En cuanto a La sombra del ciprés es alargada, en la que interpreté a Don Mateo, no fue una gran película, aunque la novela no era de las mejores.

Delibes criticaba hace cien años la evolución hacia una sociedad consumista que dejaba de lado la cultura rural para adentrarse en los grandes centros urbanos. ¿El estado de alarma ha hecho reflexionar a la población sobre este fenómeno?

No ha dado tiempo. La gente ha estado más pendiente de ver si podía ir a la playa y a la casita al lado del mar que en reflexionar sobre el cambio. Si se dieran cuenta de que estamos destrozando la naturaleza para ganar constantemente dinero, para acumular riqueza, cambiarían. ¿De qué riqueza hablamos? ¿Hacia dónde nos lleva? Pensamos en la Revolución Francesa y en el pensamiento del XVIII, pero si lo hubiéramos llevado a buen término… Si los países europeos no hubieran sido colonialistas y hubieran sido otra cosa, la humanidad sería de otra manera. Pero nos encontramos con que seguimos negando los derechos a muchas personas. Y la pandemia no nos ha hecho reflexionar porque ahora la carrera está en quién consigue la vacuna antes. Un enorme negocio que beneficiará a unos pocos, como siempre.

La covid también ha azotado de lleno el sector cultural, al que ya de por sí le cuesta sobrevivir…

Sí, ahora vivimos tiempos muy difíciles. Debía empezar en marzo la segunda temporada de una obra maravillosa [Copenhague], pero todo se ha paralizado. Hemos perdido de golpe la vida con los personajes y eso me produce una tristeza enorme. Además, como presidente de una sociedad de gestión de imagen de los actores, he visto como la demanda de ayuda se ha disparado. Disponemos de un fondo social para ayudar al sector y estamos sobrepasados.

El actor Emilio Gutiérrez Caba posó ayer para esta entrevista en Palma.

¿Qué papel juega el Gobierno en estos momentos? ¿Cómo puede ayudar al gremio?

Podría ayudar de varias maneras, lo que pasa es que, desde mi punto de vista, el ministerio de Cultura es un órgano que no tiene ningún poder, ya que Cultura depende básicamente de Hacienda. Todas las transferencias en materia de cultura son transferidas a las comunidades autónomas. ¿Qué es el ministerio de Cultura? Pues no sé. Pero, ¿qué es lo que está defendiendo? ¿Qué tipo de cultura está defendiendo y qué ámbito? No me lo van a decir. Es un ministerio que está ahí pero no representa unos anhelos, solo inaugura cosas y se hacen la foto.

¿Una solución pasa por bajar el IVA?

Se lo pedí al ministro y me dijo que no. Existe una falsa idea de que nosotros hemos pedido dinero a la administración que es errónea. Lo que pedimos es protección, lo que significa que no queremos que nos carguen con más cosas. Pueden apoyarse en el modelo fiscal francés, por ejemplo, o fijarse en cómo Alemania protege a los teatros, pero se niegan a hablar de ello. No les interesa hacerlo porque al estado no le interesa la cultura.

¿Cómo se está adaptando el teatro y el cine a la nueva normalidad? ¿Veremos obras de teatro por streaming, por ejemplo?

El teatro es un hecho que se produce cuando hay unos espectadores, y un texto y unos actores confluyen. Cuando falta uno de los tres elementos, no existe. Al transmitir en streaming, no tendrás el elemento público, por lo que el teatro perderá la emoción, ese calor que da el público y que hace que cada obra sea única.

Las plataformas audiovisuales echaron humo durante la cuarentena. ¿Los estrenos acabarán lanzándose solo a través de estos canales?

Ocurre lo mismo. En una sala de cine, los espectadores transmiten energía entre sí. Si quitamos este elemento, no se vivirá la misma emoción. El sentimiento colectivo de espectáculo no se puede vivir en casa.

Lleva más de sesenta años en esta profesión, que parece que lleva en su ADN.

No (ríe). Las mujeres son las grandes intérpretes en mi familia. Han llevado la casa a cuestas, han mantenido a la familia y han trabajado en la interpretación.

Precisamente en su obra El tiempo heredado pone en valor la labor de las actrices de su familia. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

Fue una invitación de Xisco Ros y tenía la necesidad de escribirlo por ellas, para rendir homenaje a las mujeres de mi familia. Y en él hablo también de la muerte de mi hermana Irene, que ha marcado mi vida.

¿Qué hace falta para llegar a la igualdad real?

Ahí hay una especia de lucha porcentual que creo que tendría que estar más ceñida a la inteligencia.

Hablamos de los pasos que aún quedan por dar con las mujeres, pero también con las personas con discapacidad.

Aquí entramos en otra dimensión. Tiene que cambiar todo el modelo porque no podemos integrarlos en este mundo de locos.

Después de su visita exprés a Mallorca, ¿qué destacaría de esta tierra?

Destacaría que es un lugar para perderse. Una isla que tiene una luz muy especial, muy mediterránea. Y luego el interior es sorprendente, es muy diferente.

¿Algún proyecto de futuro a la vista?

Estoy rondando una película en Valencia y ensayando una obra de teatro que está prevista que se estrene en diciembre. Además estoy acabando otro libro sobre mi vida en el cine. Entre las anécdotas, recuerdo una en Mallorca, en 1973. Casi estuve a punto de morir ahogado en la bahía de Palma al tirarme de un velero durante un rodaje. Nunca más me he bañado ahí.

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