La literatura en español ha celebrado el día 14 el centenario del nacimiento de Mario Benedetti. En la vida del escritor uruguayo hay una intensa etapa mallorquina de tres años de residencia y una larga relación estacional.

El primer contacto con la isla se produce a través de la poeta salvadoreña-nicaragüense Claribel Alegría y de su marido, el norteamericano Darwin (Bud) J. Flakoll. Su residencia en Deià acoge a Benedetti y a su esposa Luz López Alegre, ambos viven un exilio itinerante en Argentina, Cuba o París, desde que un golpe militar impuso en 1973 una dictadura en Uruguay. 

Mallorca gusta a la pareja y en 1980 se instala en un apartamento alquilado de la plaza Gomila. Pagan 300 dólares, según Coco Meneses, periodista de DIARIO de MALLORCA que mantiene una estrecha relación con la pareja. El matrimonio anda escaso de recursos económicos, pero en esta época tiene un golpe de fortuna gracias a que la televisión colombiana compra los derechos de dos de sus libros y a que comienza a colaborar en el diario El País. Sin agobios económicos, adquiere una casa en el centro de Palma, cerca de la calle Sant Jaume. Ahí vive hasta que en mayo de 1983 un médico le aconseja abandonar la isla porque, en opinión del doctor, el clima de la isla resulta nefasto para los ataques de asma que sufre Benedetti.

El 16 de noviembre de 1982, DIARIO de MALLORCA publica una larga entrevista con el escritor firmada por Javier Mato. Benedetti explica su relación con la isla: “Mallorca me ha dado un ámbito tranquilo para escribir... Palma es una ciudad que me gusta mucho y la presencia del mar es para mí un sedante”. En una entrevista posterior con El País califica como “años muy felices” los de su residencia mallorquina.

En Mallorca no es el prototipo de genio que se aísla de su entorno. Al contrario, mantiene una activa relación social. Participa en actos contra las dictaduras de El Salvador y Uruguay en el Casal Solleric; lee sus poemas en la Facultat de Filosofia i Lletres y en la librería Embat y participa en programas de Radio Popular dedicados a la actualidad hispanoamericana. Incluso el mallorquín Tony Frontiera graba canciones con letras de Benedetti, según explicaba el cantante en este periódico. 

La vida en la isla transcurre entre la escritura, los compromisos culturales y los paseos matinales por el Born para desayunar en la desaparecida cafetería Miami. 

Cuando se muda por razones de salud se traslada a Madrid, pero no abandona la relación con Mallorca. El hotel Sis Pins del Port de Pollença es el destino vacacional habitual. Allí escribe mientras su esposa, una enamorada del mar, se baña en las cálidas aguas mediterráneas.

Según Hortensia Campanella, que biografió a Benedetti en Un mito discretísimo, establece una relación de amistad con los propietarios del Sis Pins, que año tras año le reservan la misma habitación. También recuerda la tremenda decepción, que le provoca “un ataque de asma”, que siente cuando un año llama para confirmar la reserva y se entera de que los dueños del hotel lo han vendido a una empresa de turismo holandesa, y “las habitaciones estaban ya todas vendidas”.

Al idílico destino veraniego, Benedetti le regala un irónico y curioso poema: “En la cervecería alemana que tiene un andaluz / en Puerto Pollensa (Mallorca / Baleares) / hay un pajarito que canta como los dioses / o al menos como dicen que cantaban los dioses / antes del fin de las ideologías”.

Producción mallorquina

Mallorca es la tierra en la que escribe varias de sus obras. Fruto de su estancia son la novela Primavera con una esquina rota y una recopilación de cuentos y poemas publicada con el título Geografías.

Primavera con una esquina rota describe una sociedad fracturada por la represión y el autoritarismo de la dictadura uruguaya. Benedetti establece nexos entre el Uruguay sometido por el autoritarismo y el exilio que él mismo padece. Aunque contiene denuncia y pasión, la novela se centra en la conmoción que el autoritarismo provoca en las relaciones humanas de los individuos que lo sufren.

En la entrevista publicada por DIARIO de MALLORCA explica el intríngulis de la narración. “Incluso en esta novela escrita en Palma, el punto de vista es el de los uruguayos que estamos viviendo la diáspora y de los que están dentro. Unos tenemos la libertad, pero nos hemos quedado sin el contexto de nuestra tierra. Y los de dentro, estos tienen el contexto pero carecen de la libertad para expresarse”.

En Geografías reúne catorce cuentos y otros tantos poemas que forman parejas afines bajo una referencia a lugares o conceptos geográficos. Incluye alusiones isleñas en el cuento Como Greenwich, que comienza con una pregunta clave que todo isleño ha formulado en alguna ocasión: “Usted no es mallorquín, ¿verdad?”.

En sus años mallorquines también publica media docena de artículos en DIARIO de MALLORCA. En Razones para seguir hace una defensa apasionada de su profesión, la literatura. “Éxito puede significar muchas cosas –escribe–, pero sobre todo es un síntoma de comunicación”. En Los otros disidentes opina sobre los escritores iberoamericanos exiliados o perseguidos. También la verdad se inventa reflexiona sobre el compromiso de los intelectuales: “Desde la Divina comedia al Guernica, desde Marat Sade al Novecento, desde España aparta de mí este cáliz al Canto general, el ingrediente social ha servido para nutrir el arte de todos los tiempos”. 

En 1985, con el restablecimiento de la democracia, regresa a Uruguay. Este mismo año vuelve a Mallorca para trabajar junto a Enrique Broglia, escultor y pintor compatriota residente en Alaró, en un libro con litografías impreso en el Taller 6A. Sus vacaciones en el Port de Pollença siguen siendo sagradas durante quince años. En 2006, fallece su esposa con la que suma seis décadas de matrimonio. El escritor muere en 2009 a los 88 años. Mallorca, que fue su tierra y a la que amó, apenas le ha dedicado homenajes. Muy al contrario de lo que sucede con universidades de medio mundo, no figura en la relación de doctores Honoris Causa de la Universitat de les Illes Balears.