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Música

Joan Punyet se hace rockero

El nieto de Miró presentará en sociedad a la banda de rock Pullman el 31 de octubre

Joan Punyet Miró, corazón de rock and roll. pepe cañabate

Joan Punyet Miró siempre ha tenido corazón de rock and roll pero ahora, con la pandemia y preocupado por el cambio climático, ha decidido dar un salto y subirse a un escenario. El próximo 31 de octubre, coincidiendo con Halloween, presentará en sociedad a la banda de rock Pullman, para la que ha escrito una serie de canciones con las que busca “soluciones a las preguntas, angustias y dudas de este nuevo tiempo”. El bautismo tendrá lugar, si fructifican las negociaciones, en los mismos edificios Pullman, en el barrio donde empezó todo.

La banda de rock Pullman nació durante la pandemia. El confinamiento forzado obligó también a una convivencia nueva y después de meses de encierro nacieron quince canciones y un grupo de rock. “Monté el grupo con Gerónimo González, guitarrista de Buenos Aires que vive en los Pullman, y Susana Lois, cantante, de Jaén, que vive en los Impala. Nos veíamos en el supermercado, durante el confinamiento, y nos dijimos: vamos a hacer algo que si no nos moriremos. Así empezó esta historia. Estuvimos tres meses viéndonos para crear música y la química de creación y de emoción fue brutal. La música, sin duda, me hace mejor persona y ayuda a expresarme”, confiesa el nieto de Miró.

The Mad Cyclers

Punyet afirma que la suya es “una música auténtica”, con la que pretende señalar un nuevo paradigma al que nos enfrentamos como seres humanos y dar voz “a las numerosas incógnitas presentadas y a las pocas soluciones que se presentan”. Su repertorio contiene títulos como New Deal, Eutanasia y marihuana, Europa, Beso digital, Dónde está mi fly, Fin del capitalismo o La corona de Noé. Temas salpicados por la alargada sombra de Dylan, los Doors, la Creedence, Led Zeppelin, Jimi Hendrix o Kurt Cobain. El día del estreno contarán con la sabia experiencia del saxofonista Vicenç Borràs. Otros músicos que colaboran con Pullman son el bajista Pablo di Salvo y el batería Natanael Barallobres.

"Nos veíamos en el supermercado, durante el confinamiento, y nos dijimos: vamos a hacer algo que si no nos moriremos"

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“La obra poética de Aldous Huxley constituye el pilar de mi obra musical”, apunta Punyet, quien se define como “un negado total” con cualquier instrumento. “Mi papel en el directo está por definir. Lo haremos durante los ensayos que nos quedan antes del concierto del 31-O. A mí me gusta la humildad y respeto mucho a los músicos. Soy consciente de la dificultad de tocar un instrumento. Ya veremos qué hago, quizá toque un poco la armónica o la pandereta. Sí está decidido que cantaré una canción, en catalán”, avanza.

Tras los pasos del genio 

Como su abuelo, Joan Miró, que “siempre mantuvo una relación con la música de respeto, amor y de gran sinergia e influencia”, Punyet lleva toda la vida cabalgando a ritmo de rock. “El veneno del rock lo descubrí gracias a mi hermano Emilio, que siempre ponía discos de Hendrix, un músico que, por cierto, le gustaba mucho a mi abuelo”, asegura.

“Mi hermano Emilio, un día que la televisión le dedicaba un programa a Hendrix, llamó a mi abuelo para ver juntos el festival de Monterrey. Miró se quedó alucinado, perplejo. Cuando vio cómo Hendrix quemaba la guitarra, soltó: pero si este chico hace lo mismo que hago yo. Yo también quemo las telas de los cuadros”. 

Pullman.

La banda Pullman no es la primera que tiene Punyet. Hace un año decidió formar The Mad Recyclers, con la ecología por bandera. “Son proyectos serios, todo tiene que ver con la inquietud de dar forma a los inputs que recibimos”, aclara. Tanto las canciones de Pullman como las de The Mad Recylclers podrán escucharse pronto en Spotify y en una web en fase de creación en la que también dará a conocer su obra como artista, elaborada con desechos que él mismo recoge en las basuras de Cala Major, la playa y la montaña.

“La idea es montar eventos de dos días que incluirán una exposición, concierto y la subasta de las obras por una causa benéfica. Un Woodstock de pequeño formato que celebraré bien en Son Abrines bien en alguna finca del campo mallorquín o en un acantilado. Quiero huir de museos y galerías de arte. Hay que reinventar el espíritu performance”, defiende un ilusionado Joan Punyet Miró.

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