Denuncian una “indefensión absoluta”, aseguran que el sector está “al borde del colapso” por la crisis de la covid-19 y reclaman “ayudas extraordinarias para que las empresas no cierren”. Son los trabajadores del mundo del espectáculo y los eventos que, agrupados en el movimiento Alerta Roja, en el que se incluyen asociaciones, empresas y personas a título individual, preparan “unas movilizaciones controladas y limitadas” para el próximo 17 de septiembre, en la plaza Major de Palma, una de las 28 ciudades españolas que se ha unido a estas protestas.

   Miquel Àngel Sancho, del sello Blau; el empresario Miki Jaume; la pianista y compositora Isis ‘Apache’ Montero; y Aitor Jimeno, uno de los organizadores de la concentración, se reunieron ayer en la tienda de discos Xocolat para explicar cómo será la movilización del 17-S y qué pretenden con ella. La concentración tendrá lugar en plaça Major, a partir de las 19 horas, y reunirá, previa inscripción (en la web alertarojaeventos.com está toda la información al respecto), no solo a músicos, también a técnicos, mánagers, promotores, camareros de sala de conciertos y demás trabajadores del mundo del espectáculo y los eventos. El aforo será limitado, habrá un control de acceso y de colocación de los asistentes –como si de un audiotorio se tratara–, la mascarilla será obligatoria y se aplicará un protocolo sanitario. A las 21 horas, y de modo simultáneo con las otras 27 ciudades, entre ellas Madrid y Barcelona, se leerá un manifiesto.

   “Es vital dar visibilidad a la preocupante situación que vive el sector del espectáculo y los eventos. Son urgentes las medidas de rescate”, señala el empresario Miki Jaume.

   “El sector cultural sufre una indefensión absoluta al no estar considerado prioritario y la cultura sigue siendo vista como algo perteneciente al ocio y no como una industria”, espeta Miquel Àngel Sancho, quien acumula cuatro décadas en el mundo de la música.

   Tanto Jaume como Sancho aseguran que con la pandemia el 95 por ciento de la actividad relacionada con los espectáculos y los eventos se ha paralizado en Balears. “El sector está viviendo una situación límite, que, de no paliarse, supondrá la ruina de miles de familias, la imposibilidad de mantener el empleo y la inviabilidad futura de las empresas y de la actividad de muchos profesionales”, advierten desde el colectivo Alerta Roja.

   “Necesitamos ayudas en materia de infraestructura a empresas para no cerrar y lograr la reactivación”, subraya Sancho, quien recuerda algunas de las medidas urgentes para el rescate como son que se reconozca al sector del espectáculo y los eventos entre los sectores principalmente afectados por la pandemia de la Covid-19, por haberse visto obligado a cesar su actividad incluso con anterioridad a la declaración del estado de alarma, y que, al igual que el sector del turismo y por su carácter transversal al mismo, sea considerado por instituciones y administraciones públicas, un sector especialmente perjudicado y prioritario; y la reactivación inmediata de las agendas culturales y de eventos de las administraciones públicas, en especial las de las entidades locales, bajo el estricto cumplimiento de todos los protocolos de seguridad sanitaria.

   También se reclama para los trabajadores autónomos una prórroga de la prestación especial por cese de actividad, hasta su reactivación con una recuperación del 100% de aforos, para los trabajadores por cuenta ajena, el reconocimiento de la actividad como intermitente y adopción de medidas legislativas referentes al régimen de cotización y protección social, permitiéndose la obtención automática de prestaciones de desempleo en cada periodo de inactividad que sucede entre contrato y contrato de trabajo una vez alcanzadas un número de horas mínimas; y para las empresas, la recuperación de los ERTE por fuerza mayor total con exención del 100% de las cotizaciones en seguridad social, hasta que sea posible trabajar con el 100% de los aforos y mantener la prestación de todo el personal afectado por un ERTE en el 70% de la base reguladora.

   En Mallorca, y con una gran cantidad de los músicos trabajando en hoteles, la situación es “alarmante”, apunta Isis ‘Apache’ Montero. “Desde octubre del año pasado no hay músicos en los hoteles, con lo cual ni trabajan ni generan ingresos. La fuga de talentos es desesperante”, denuncia Aitor Jimeno. “No nos merecemos la precariedad a la que nos someten. La cultura genera trabajo, riqueza, no consume territorio y no contamina, algo que otros sectores, mejor tratados por las administraciones, no pueden decir”, espeta Sancho.