El Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE) conmemora su 50 aniversario con Teoria de l'Alegria, que se inaugurará el próximo 9 de septiembre. Una muestra que reúne obras de once artistas jóvenes de Balears. Juncosa, que reside en Andratx, lleva unos días trabajando en el montaje.

P ¿Cómo nace Teoria de l'Alegria

R En una reunión de la comisión asesora del MACE hablamos de lo que se podría hacer para el 50 aniversario y pensamos que estaría bien que el museo, que normalmente siempre hace exposiciones con artistas muy conocidos, apostara esta vez por hacer algo con creadores jóvenes de toda la comunidad balear. La idea era presentar en Eivissa a artistas nuevos, porque casi ninguno de los once que participan en Teoria de l'Alegria ha expuesto en la isla. Hemos escogido nombres que son conocidos dentro de la escena del arte contemporáneo, pero que no son familiares para el público amplio.

P Creo que el llamativo título de la muestra se le ocurrió a usted.

R Sí, el título es una cosa intencionada. Se me ocurrió leyendo en un libro una cita de Emerson en la que hablaba de cómo tenía que ser el poeta y decía de él que era una persona que se alegraba con cualquier cosa. Entonces pensé que hacer una exposición de artistas jóvenes era algo positivo y transmitía un mensaje optimista aunque el momento que vivimos no lo sea con la pandemia y la crisis económica.

P ¿Qué criterios han seguido para escoger a los artistas que participan?

R La idea, entre otras cosas, era reunir una generación que tuviera entre 30 y 40 años. En otras épocas los artistas hacían cosas muy parecidas y, en cambio ahora no, cada uno va a su rollo, hay posiciones muy distintas. En la actualidad parece que la gente vuelve a dibujar, a pintar... a utilizar muchos géneros y a mí me parecía que había que mostrar esto. Luego lo que intenté fue buscar artistas que, a pesar de su juventud, ya tuvieran una especie de voz propia, con un poco de reconocimiento.

P Todos los creadores de esta muestra han vivido la crisis económica que estalló en 2008. ¿Cómo afectó esa crisis al mundo del arte?

R Fue una crisis muy fuerte, pero afectó más a unos países que a otros. Entre la década de los 80 y los 90, que es cuando se empezaron a abrir museos en España, se respiraba el optimismo que trajo la democracia y hubo mucho interés internacional por el arte español. En esa época se hicieron exposiciones de arte español por todo el mundo. En los 90 se empezó a perder eso y se acentuó con la crisis de 2008. A partir de entonces me parece que el arte español, que antes era muy activo, dinámico y visible, se ha quedado un poco aislado, en una situación periférica. Además, los museos tienen muy poco dinero, solo hacen arte español, y las galerías que han aguantado no tienen mucha presencia fuera tampoco. A excepción de nombres de la época como Cristina Iglesias, Juan Muñoz, Miquel Barceló, Juan Uslé o Jaume Plensa y de otros como Santiago Sierra, Ángela de la Cruz o Secundino Hernández, parece que los artistas españoles han desaparecido un poco.

P Mencionaba que los museos españoles tienen poco dinero.

R En los años 90 se abrieron un montón de museos en España y todos ahora tienen presupuestos inadecuados, que no sirven para hacer funcionar los equipamientos donde están, así que están como en letargo. Parece que también la gente se ha vuelto escéptica y que los políticos, en general, no ven el arte como una prioridad.

P ¿Y en qué situación se encuentran las galerías españolas?

R Venden muy poco. Yo he visto coleccionistas importantes españoles que están comprando mucho arte internacional y no se interesan por el español. Esto es algo extraño, porque en países como Inglaterra, Alemania, Estados Unidos o Brasil la gente compra el arte autóctono. Esta situación que describo la he notado en los últimos veinte años y se ha agudizado con la crisis de 2008. En este periodo, además, el arte se ha ido de los espacios críticos y las galerías y muchos museos han dejado de publicar catálogos. El arte se ha convertido en una cosa modesta. Yo no digo que haya que derrochar, pero las exposiciones son caras de hacer. Pienso que el arte es una cosa necesaria para la sociedad y me gusta la idea de museo como plaza pública. Los museos grandes como el Prado o el Guggenheim están llenos. Así que no creo que a la gente no le interese el arte, lo que está fallando de alguna manera son las infraestructuras.

P Los artistas reclaman mucho ayudas públicas.

R Sí y lo entiendo, pero yo pienso que lo que sería genial es que también funcionaran las galerías.

P ¿Cree que los efectos de la crisis del coronavirus

R Sí, lo parece. Lo qu da más miedo de esta crisis es que no sabemos cómo va a acabar, porque ahora parece que está yendo a peor. Si esto dura mucho será devastador. Poniéndonos en lo peor, imagina que se llegara al extremo de cerrar los museos para siempre. ¿Cuál sería la alternativa? No me puedo imaginar el mundo con los museos cerrados, pero si la gente no puede trabajar, ni circular y no se permiten grupos de más de diez personas todo el sistema del arte al que estamos acostumbrados no tiene cabida.

P Usted dirigió el Irish Museum of Modern Art (IMMA) y fue subdirector del Museo Reina Sofía y del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). ¿Qué futuro le augura a los museos y cómo cree que pueden capear esta crisis?

R No creo que los museos vayan a cerrar, pero lo que sí creo que va a pasar es que el mundo que era tan global y tan internacional ya no lo será tanto porque la gente tendrá menos posibilidad de moverse y los museos se van a tener que volver más regionales y se van a dedicar más a lo local. Eso también puede ser beneficioso en el sentido de que puede dar a los museos una personalidad que les da el sitio y puede servir para apoyar más la escena local. Igualmente pienso que el arte de hoy es muy internacional y que hacer solo lo nacional o regional es muy limitado. También pienso que los museos van a trabajar más con las colecciones permanentes.