Sílvia Pérez Cruz -voz- y Marco Mezquida -piano- giraron durante dos años juntos y decidieron cerrar ese periodo con la grabación de un disco en directo en el club de jazz Blue Note de Tokyo. El resultado es MA. Live in Tokyo, un álbum que presentan mañana a las 22 horas en Port Adriano y con el que despedirán esta gira cuyas últimas paradas son este concierto en Mallorca y un recital en Menorca.

Dice Sílvia Pérez Cruz que las canciones seleccionadas no son más que una "excusa para poder jugar e improvisar. Son conciertos con mucha complicidad, muy generosos, intensos y también alegres. Es un viaje muy potente". Su relación artística con el pianista menorquín nace de una necesidad de libertad y de improvisación, después de colaborar en el espectáculo de danza de Rocío Molina: "La danza tiene un ritmo muy bestia, muchos ensayos y todo muy preparado. Al terminar quería hacer algo donde pudiera improvisar mucho, que cambiara cada día y le propuse a Marco si quería jugar conmigo". Un solo día de ensayo para escoger el repertorio y otro para hacerse las fotos promocionales, precedieron a un primer concierto de pequeño formato en Holanda "para probar" y después uno Peralada según explica Pérez Cruz: "Nos gustó tanto que decidimos seguir y ha sido como estar en casa. Una sensación brutal, porque cada día cambia. Marco siempre dice que llevamos toda la vida estudiando para hacer este concierto, que salga todo lo que hemos aprendido." Dice Pérez Cruz que este álbum solo tiene sentido en directo "porque vive de la experiencia del concierto. Podríamos hacer otra clase de disco pero sería otro tipo de música", afirma. La grabación se llevó a cabo durante los seis conciertos que ofrecieron en Tokyo el pasado mes de octubre, pero el disco se terminó de cocinar durante el confinamiento: "Yo tenía que presentar mi nuevo álbum de canciones originales, Farsa, el 24 de abril, pero no pude así que le propuse a Marco que ese era un buen momento para terminar MA". En ese periodo escucharon las grabaciones y escogieron los temas: "Hemos querido ser muy respetuosos con el espacio, se escuchan las respiraciones o el dring de una cucharilla de café. La mezcla se ha hecho buscando la transparencia, que sientas que estás ahí". El título del disco, MA, es una palabra japonesa sin traducción que hace referencia al espacio entre dos objetos, a la pausa entre dos momentos. "Se llama así porque apreciamos muchísimo la importancia del silencio. En la música es dar espacio a lo que hay entre las cosas y lo que más me emociona tocando con Marco es que lleguemos a un silencio juntos, es precioso". Para Pérez Cruz su MA "brutal a nivel vital" ha sido el confinamiento. "Artísticamente, hubieran sido los dos años anteriores, puede que haya estado cogiendo aire desde el último disco, Vestida de nit. Ahí sí necesité alejarme un poco de algunas cosas, ahora he cogido fuerzas para poder presentar un disco con todo lo que implica. Es como la tierra, no siempre es fértil, necesita descansar. Ahora tengo ganas de compartir el fruto".

El cambio y la búsqueda son una constante en la carrera de Pérez Cruz para quien "la música es un lugar muy confortable donde soy muy feliz". Para la cantante no hay riesgo en la creación y sí en la vida: "Ahí es donde se complica más la cosa, en la música todo es fácil. El riesgo real, que no le guste a alguien o salga feo, no es profundo. A nivel artístico lo que he de cuidar es la honestidad porque es un lugar donde reconecto de una manera muy pura con lo que soy y lo que siento, con los valores. Si lo pervierto, corro el peligro de perderlo".

La combinación de la composición con el versionado de temas, la colaboración con artistas diferentes y el diálogo entre disciplinas también definen a esta artista que ha hecho de la voz su canal principal de expresión: "La relación con la voz es como la relación contigo misma. Con ella he llegado a sentir una intensidad muy bestia que me cuesta mucho alcanzar con un instrumento. Es una alegría poder cantar".